Gestha estima que estos ingresos se obtendrían con la aplicación de un impuesto que grave con el 5% la base imponible de las 300 entidades financieras que operan en España, que asciende a un total de 28.000 millones de euros.
Los técnicos de hacienda apoyan la propuesta del Consejo de la UE de establecer este impuesto sobre los beneficios de las entidades de crédito en la próxima reunión del G-20 "para garantizar una justa distribución de la carga generada por la crisis".
Asimismo, apoyan el establecimiento de una tasa global a las transacciones financieras internacionales, porque permitiría reducir las operaciones especulativas en los mercados financieros, y considera que esta tasa debe rondar el 0,15%, lo que podría generar una recaudación de entre 240.000 y 560.000 millones de euros anuales en todo el mundo.
No obstante, el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, explicó que los técnicos de hacienda "proponen una tasa y no un impuesto", con el fin de que la recaudación obtenida pueda destinarse a inversiones y políticas activas que reduzcan la pobreza de millones de personas en el mundo y de los 65 millones de europeos que viven con menos del 60% de la media de ingresos nacionales.
Los técnicos de hacienda apoyan la propuesta del Consejo de la UE de establecer este impuesto sobre los beneficios de las entidades de crédito en la próxima reunión del G-20 "para garantizar una justa distribución de la carga generada por la crisis".
Asimismo, apoyan el establecimiento de una tasa global a las transacciones financieras internacionales, porque permitiría reducir las operaciones especulativas en los mercados financieros, y considera que esta tasa debe rondar el 0,15%, lo que podría generar una recaudación de entre 240.000 y 560.000 millones de euros anuales en todo el mundo.
No obstante, el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, explicó que los técnicos de hacienda "proponen una tasa y no un impuesto", con el fin de que la recaudación obtenida pueda destinarse a inversiones y políticas activas que reduzcan la pobreza de millones de personas en el mundo y de los 65 millones de europeos que viven con menos del 60% de la media de ingresos nacionales.