LD (EFE) El aporte de fondos es "indispensable" para que dichos bancos puedan "financiar correctamente la economía", según explicó a la prensa tras mantener una reunión con los máximos responsables de las citadas entidades.
Lagarde precisó que el Crédit Agricole recibirá 3.000 millones de euros; BNP Paribas 2.550 millones de euros; Société Générale 1.700 millones de euros; Credit Mutuel 1.200 millones; Caise d'Epargne 1.100 millones; y Banque Populaire 950 millones de euros.
En un comunicado, el ministerio de Economía añadió que en caso de que fuese preciso, el Estado francés "está preparado" igualmente para inyectar otros 10.500 millones de euros en 2009 "si las tensiones del mercado persistiesen".
Lagarde precisó que el Crédit Agricole recibirá 3.000 millones de euros; BNP Paribas 2.550 millones de euros; Société Générale 1.700 millones de euros; Credit Mutuel 1.200 millones; Caise d'Epargne 1.100 millones; y Banque Populaire 950 millones de euros.
En un comunicado, el ministerio de Economía añadió que en caso de que fuese preciso, el Estado francés "está preparado" igualmente para inyectar otros 10.500 millones de euros en 2009 "si las tensiones del mercado persistiesen".
Falta financiación
"Este acuerdo de principio está sometido al examen de la Comisión Europea", precisó la ministra. En el encuentro con los bancos participó el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, quien recalcó que las seis entidades bancarias citadas "no necesitan en absoluto fondos propios", ni tampoco ser recapitalizadas.
Noyer insistió en que el único objetivo de la operación es "acompañar la financiación de la economía y la puesta en marcha de nuevos créditos", pues los seis bancos "tienen perfectamente los fondos propios necesarios y están bien capitalizados".
Lo que ocurre es que "los mercados están en estos momentos muy difíciles y no pueden aportar los fondos propios correspondientes", por lo que el Estado los aportaría mediante la suscripción de títulos, explicó en declaraciones a la emisora France Info.
En un comunicado, el Banco de Francia precisó que en un período en el que el estado de los mercados no les permite levantar los capitales necesarios, la emisión de títulos subordinados suscritos por el Estado permitirá "garantizar la financiación de la economía y mantener un alto nivel de solvencia".
Insistió, igualmente, en el hecho de que el nivel de fondos propios de los bancos franceses es "conforme o superior a lo que exigen la comisión bancaria en cada establecimiento".
Independientemente de estas medidas, la ministra reiteró el compromiso del Estado, en otro orden de cosas, de intervenir en capital si un establecimiento llegase a atravesar serias dificultades.
"Este acuerdo de principio está sometido al examen de la Comisión Europea", precisó la ministra. En el encuentro con los bancos participó el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, quien recalcó que las seis entidades bancarias citadas "no necesitan en absoluto fondos propios", ni tampoco ser recapitalizadas.
Noyer insistió en que el único objetivo de la operación es "acompañar la financiación de la economía y la puesta en marcha de nuevos créditos", pues los seis bancos "tienen perfectamente los fondos propios necesarios y están bien capitalizados".
Lo que ocurre es que "los mercados están en estos momentos muy difíciles y no pueden aportar los fondos propios correspondientes", por lo que el Estado los aportaría mediante la suscripción de títulos, explicó en declaraciones a la emisora France Info.
En un comunicado, el Banco de Francia precisó que en un período en el que el estado de los mercados no les permite levantar los capitales necesarios, la emisión de títulos subordinados suscritos por el Estado permitirá "garantizar la financiación de la economía y mantener un alto nivel de solvencia".
Insistió, igualmente, en el hecho de que el nivel de fondos propios de los bancos franceses es "conforme o superior a lo que exigen la comisión bancaria en cada establecimiento".
Independientemente de estas medidas, la ministra reiteró el compromiso del Estado, en otro orden de cosas, de intervenir en capital si un establecimiento llegase a atravesar serias dificultades.