Toribio, que fue director general de Política Financiera del Ministerio de Economía en 1977 con Enrique Fuentes Quintana como vicepresidente del Gobierno, admitió el "error" y la "equivocación" que cometieron entonces cuando aprobaron el decreto que establece y regula los órganos de gobierno de las cajas, "que hasta entonces eran un desastre", y que deja a las entidades de ahorro en una "situación muy difícil" para actuar ante circunstancias económicas como las actuales.
A su juicio, ese decreto dio un "peso excesivo de los políticos" en la configuración de los consejos de administración de las cajas de ahorro. Tras recordar que una de las cosas que tiene que hacer el Banco de España cuando interviene una entidad es cambiar el consejo y poner otros órganos de gobierno distintos, se preguntó cómo puede llevar a cabo esa tarea cuando los que están sentados en la mesa de los consejos de administración son los políticos de una región.
"Esa no es cuestión técnica, esa es una cuestión política de primera magnitud y ese es un problema que indebidamente generamos en 1977 y que no hemos sabido resolver estos años", admitió Toribio, para quien ahora se va a poner a prueba la "poca efectividad" de esos órganos de gobierno que "sirvieron cuando las cosas funcionaron bien" pero que en circunstancias como las actuales "van a ser un problema importante", aseveró.
Toribio, que ha sido también director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y secretario técnico de La Caixa, entre otros cargos, también reclamó un "pacto serio" en esta materia entre todos los partidos políticos del país y no sólo entre las dos opciones mayoritarias "porque el tema invade cuestiones partidistas".
Para el director el IES de Madrid, el Banco de España ha demostrado que tiene elementos suficientes, experiencia y capacidad para resolver problemas de crisis bancaria. El problema radica ahora, a su juicio, en que es la primera vez que se puede enfrentar a una posible crisis o a problemas de solvencia en el sector de las cajas de ahorro.
Respecto a la actual situación económica del país, quiso ser optimista y defendió que España no es un país sin esperanza ya que cuenta con "ventajas tecnológicas" en algunos aspectos como las energías renovables, la construcción y la gestión de infraestructuras, algunos elementos concretos de la alta velocidad o la aeronáutica, además del mundo de los servicios tanto financieros como los de turismo.
"España tiene muchas cosas por delante", reconoció Toribio, para quien una economía nueva pasa por la construcción de una sociedad nueva "y eso significa valores y eso a su vez educación".