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El día a día de un empresario en Grecia: "Esto es como una guerra"

Tania Vranopoulos, consejera delegada de Lavipharm, una de las grandes cotizadas de Grecia, explica cómo sobrevive una empresa en un país intervenido.

Tania Vranopoulos, consejera delegada de Lavipharm, una de las grandes cotizadas de Grecia, explica cómo sobrevive una empresa en un país intervenido.

Grecia, primer país de la zona euro en ser rescatado por Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), experimenta desde entonces la dureza de la intervención económica. Las noticias que llegan desde Atenas se centran normalmente en datos macroeconómicos y protestas civiles, sin reparar en los detalles propios de los casos concretos, es decir, en el día a día de las empresas y los particulares.

Tania Vranopoulos, consejera delegada ejecutiva de Lavipharm Group, visitó hace poco España, invitada por la Asociación Madrileña de la Empresa Familiar (Amef), para explicar su experiencia como directiva en un país intervenido a los socios de Amef. Sus declaraciones no tienen desperdicio.

Pregunta (P): ¿Cómo es un día normal de trabajo tras la intervención?

Respuesta (R): Aunque en cierto punto exagerado, podría decir que es como una guerra. Pensemos en un soldado en primera línea con bombas cayendo a derecha, izquierda y centro... Es una nueva manera de gestionar... Podría llamarse "gestión desde las trincheras"... Te enfrentas a la incertidumbre y a la impredictibilidad de las decisiones del Gobierno, que impactan en tu negocio y generan problemas que nunca antes habías afrontado.

Hay una posibilidad limitada de planificar, sólo de reaccionar. Las nuevas medidas imprevistas, tales como las tomadas en nuestro sector, donde reducciones de precio sin precedentes de productos farmacéuticos ha llevado a una dramática caída en la demanda, a un desestockaje del mercado teniendo como consecuencia una pérdida de millones de euros en ingresos y beneficios imprevista, y que no pudieron ser anticipadas habida cuenta de las leyes y directivas en vigor en aquel momento.

En medio de esta debacle de cash flow, los bancos cambiaron las condiciones de los préstamos actuales y se paró el crédito bancario; nuevos impuestos se establecieron sobre compañías con beneficios y sobre contribuyentes con rentas altas. Todo esto cambia dramáticamente un día normal.

P: ¿Cómo valora la intervención internacional del país?

R: Definitivamente, es algo dramático. Es, simplemente, una gran comilona que tienes que digerir en un plazo de tiempo muy breve. Muchas de las reformas son a grandes rasgos medidas que los gobiernos griegos deberían haber adoptado gradualmente hace años.

Aunque necesario, el hecho de que el Gobierno fuera obligado a implementar tantos cambios en tan escaso período de tiempo y bajo circunstancias muy específicas ha llevado a que muchas de esas medidas, en mi opinión, no se han pensado bien, son desequilibradas y en muchos casos, injustas.

Además, la infraestructura y el compromiso necesario para apoyar una ejecución satisfactoria de las medidas no están completamente desarrolladas e, inevitablemente, los esfuerzos y cambios necesarios en este campo están destinados a seguir y no a liderar la decisión de ponerlos en vigor.

Personalmente tengo una perspectiva distinta de esta crisis: la deuda y el déficit no son los principales problemas; eso es algo que se puede arreglar. El mayor problema es acabar con la espiral que los ha creado, que no ocurrirá sin un cambio fundamental en cómo el Gobierno y la gente piensa y actúa en Grecia.

P: ¿Cómo solventan la falta de liquidez?

R: La falta de liquidez es, probablemente, el mayor problema en el sector privado. No puedes confiar en tus históricas buenas relaciones con tus entidades prestamistas. El único modo de gestionarlo es pelear para mantener cuota de mercado y embarcarse en significativas medidas de reducción de costes dentro de la organización.

Tienes que mirar cuidadosamente al negocio actual, tus prioridades y estrategias y enfocarse en lo que puede producir un crecimiento sostenible. En nuestro caso, como yo creo que es una decisión prudente para cualquier compañía si tiene capacidad para hacerlo, nuestro foco está en la exportación de nuestros productos farmacéuticos de alta tecnología y desarrollar nuestro negocio internacional.

P: ¿Han cambiado mucho las relaciones de su empresa con los bancos?

R: Nuestra relación es buena, pero los bancos son muy diferentes. Los mecanismos normales de financiación para las compañías saneadas en el pasado más reciente son ahora mucho más difíciles de asegurar; los diferenciales han crecido significativamente, incluso en créditos existentes; difícilmente son garantizados nuevos créditos y cuando lo son, reforzar las garantías es un requisito previo.

Prácticamente no se pueden conseguir líneas de crédito adicionales para financiar tus necesidades de circulante o para beneficiarse de otros instrumentos financieros. La alternativa para compañías cotizadas como la nuestra es obtener capital en el mercado bursátil, aunque es sólo teórico, habida cuenta de la falta de actividad y liquidez en el mercado de capitales.

P: ¿Y con los proveedores?

R: La mayoría de nuestros proveedores son de fuera de Grecia. Ellos, obviamente, están preocupados por el riesgo país. El aspecto más relevante en la relación con los proveedores no es la credibilidad de la compañía, es el "riesgo país".

Como compañía nosotros somos afortunados ya que no hemos tenido grandes cambios con nuestros proveedores históricos, que nos siguen apoyando. Yo estoy preocupada, sin embargo, por muchas otras compañías que de repente tienen que hacer frente a un cambio abrupto con sus proveedores en los términos de pago, pasando a tener que pagar, por el hecho de ser griegos, sobre pedido, con carta de crédito irrevocable o certificado de depósito.

Es decir, los proveedores han perdido la confianza en las empresas por la situación del país. Todo esto no ayuda y sólo añade combustible al problema para convertirlo en un círculo vicioso.

P: ¿Podrá aguantar su empresa todos estos cambios durante el tiempo que dure la intervención?

R: Sí, nuestra empresa aguantará pero, como mencioné antes, tenemos la fortuna de haber tomado las decisiones correctas hace unos años al desarrollar un nicho de mercado basado en alta tecnología y establecer la actividad internacional.

Como resultado, tenemos una sólida base para el crecimiento internacional. Las empresas que no tienen el potencial para cimentar su negocio en la expansión internacional y que han confiado exclusivamente en el mercado local, desgraciadamente, tienen un futuro cuestionable en mi opinión.

P: ¿Qué opina de las subidas de impuestos aprobadas por su Gobierno?

R: El nuevo sistema fiscal es severo y, en mi opinión, injusto en gran medida, puesto que penaliza a los objetivos fáciles y, contrariamente a lo que el Gobierno proclama, no veo que se haga justicia en un sentido amplio.

Aunque definitivamente hay aspectos correctos y en la buena dirección existe, por ejemplo, un dramático incremento en los impuestos indirectos (IVA) que toca a todos los ciudadanos. No es sólo un incremento en porcentajes absolutos sino un cambio en las categorías de los bienes y servicios en los porcentajes más altos, que no se pueden permitir una parte significativa de la población considerando los recortes de sueldos y pensiones.

Las contribuciones impositivas de las compañías son excesivas y desincentivan las inversiones tanto de compañías locales como extranjeras. Por encima de todo, la indisponibilidad de mecanismos de recaudación de tributos lleva a un inevitable y continuo incremento de los impuestos, porque los objetivos no se cumplen y esto alimenta una continua espiral de decrecimiento, inhibiendo el crecimiento y las inversiones.

P: ¿Qué errores cree que ha cometido Grecia para llegar a esta situación?

R: Esta es una pregunta difícil que permitiría escribir un libro. Tendríamos que remontarnos atrás 20-30 años analizando todo lo que se hizo mal y por qué. Es importante entender que el mayor problema en Grecia, que se ha convertido con los años en un "monstruo", es el sector público. Es inmenso, costoso e ineficiente.

P: ¿Cómo podría alcanzar Grecia un sólido modelo de desarrollo económico?

R: Muchas de las medidas vitales para un crecimiento sostenible están ya en marcha o han sido recientemente anunciadas. El reto, yo creo, es cómo y cuándo llegarán a ser verdaderamente operativas.

Ejemplos son la reciente ley sobre la simplificación de los procedimientos para el establecimiento de empresas y sociedades (One Stop Shop Authority, ventanilla única) y la ley para facilitar importantes inversiones estratégicas (Fast Track, procedimiento rápido), ambas orientadas a facilitar procedimientos que permitirán la actividad de los emprendedores y promocionará el crecimiento.

En este mismo sentido, yo personalmente creo en la reducción del Impuesto sobre la Renta y en proporcionar incentivos para las inversiones, en lugar de ahogar a las compañías con beneficios con impuestos especiales avocándolas a la desinversión en Grecia.

Yo creo que hay que proporcionar incentivos y centrarse en ayudar a las compañías a desarrollar ventajas competitivas. En cualquier caso, más allá de las medidas que sean implementadas, lo crítico es que sean transparentes y aplicadas de manera consistente para un período de tiempo determinado, porque la estabilidad en este entorno es un factor crítico.

Por otro lado, creo sinceramente que en los próximos años solo es sostenible un modelo centrado en la actividad internacional frente al crecimiento local. Eso es, precisamente, lo que nosotros estamos haciendo en nuestra empresa.

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