Así lo expuso el ministro del Tesoro, Alistair Darling, en la presentación de los presupuestos más tardía desde que el Gobierno laborista llegó al poder en 1997 y en la que declaró que, pese a la gravedad de una tormenta financiera que insistió en calificar de "global", la economía de Reino Unido retomará la senda de crecimiento a final de año y cerrará 2010 con una subida del 1,25% , que se elevará hasta el 3,5% en los ejercicios siguientes.
En su segundo proyecto, y el último según las encuestas, que abocan a los de Gordon Brown a la oposición tras las elecciones de la próxima primavera, Darling anunció además el incremento de la tasa fiscal para los salarios superiores a 150.000 libras, que verán cómo a partir del siguiente abril, doce meses antes de lo previsto, el mínimo se elevará del 45% fijado ya como novedad el pasado noviembre al 50%.
En este sentido, uno de los objetivos capitales del presupuesto es "asegurar unas finanzas sostenibles", incluso pese al severo endeudamiento que ya registran las británicas, por lo que un importante apartado de las medidas aspiran a recortar el gasto público en 9.000 millones de libras en 2009, hasta el 1,1%, que pasará al 0,7% en el bienio siguiente.
Así, la escala alcanzada por la crisis ha obligado al ministro a corregir las estimaciones apuntadas en el ajuste presupuestario de otoño y, frente al inicio de la recuperación que había previsto para mediados de año, Darling asumió que la recesión no abandonará Reino Unido hasta finales de 2009, si bien destacó que el presupuesto presentado hoy permitiría apuntalar "la fortaleza de la economía" y ayudar a "acelerar la recuperación".
Recortes de los tipos de interés
Además, aprovechó para reivindicar las medidas ya adoptadas por su departamento que, unidas al recorte sin precedentes de los tipos de interés acometido por el Banco de Inglaterra en sus más de tres siglos de historia, han permitido proteger hasta 500.000 empleos y evitar una masiva reposesión de viviendas: "De recesiones anteriores hemos aprendido que el mayor miedo es a perder el trabajo y la casa".
Sin embargo, ante las críticas de la oposición recordó que "no hay fórmulas inmediatas, ni una solución de un día para otro", a pesar de considerar que el presupuesto presentado permitirá "recapitalizar la confianza" y garantizar que la economía comienza a crecer a final de año.
Según Darling, el crecimiento empezará con un 1,25% en 2010 -frente a la contracción del 0,4% pronosticada para el próximo año en Reino Unido por el Fondo Monetario Internacional (FMI)- y pasará al 3,5% anual a partir de 2011. Con todo, las arcas públicas afrontan un severo endeudamiento, de 175.000 millones de libras este año y de similares dimensiones en los siguientes.
Además, el ministro pronosticó que la inflación, actualmente en el 2,9%, caerá hasta el 1% a final de año, pese a lo que la meta del Gobierno en materia de IPC se mantiene en el 2%. Igualmente, asumió que la variable conocida como RPI, que incluye el precio de la vivienda, continuará la senda de inflación en la que entró en marzo y podría llegar al -3 por ciento en septiembre.
Rescates masivos
Por otra parte, el proyecto contiene apuestas para estimular ámbitos estratégicos, como los 1.000 millones de libras fijados para el sector inmobiliario, los 2.000 millones para ayudar a los jóvenes desempleados y un plan que prevé un descuento de 2.000 libras para incentivar el recambio de vehículos de más de diez años, la mitad aportadas por el Gobierno, que aspira a mejorar la situación de la industria del motor, una de las más afectadas por la crisis.
Por lo que respecta a las medidas impositivas, el canon sobre los carburantes aumentará dos peniques por litro a partir de septiembre y uno más adicional por encima de la inflación cada mes de abril en el próximo cuatrienio. También los tributos sobre el alcohol subirán un 2% desde esta misma medianoche y los del tabaco, en la misma proporción, lo que supondrá, según el ministro, más de 6.000 millones de libras hasta 2012.
La oposición condena el proyecto
La oposición condenó no sólo el proyecto, sino un estado de la economía que imputó al Gobierno, especialmente al primer ministro, Gordon Brown, responsable durante una década, hasta 2007, de la cartera del Tesoro. El líder conservador, David Cameron, quien según los últimos sondeos ha logrado por primera vez ganar la batalla por la confianza en la gestión económica, calificó de "desastre supremo" la trayectoria de Brown.
En su intervención, consideró que cualquier reivindicación del Gobierno sobre su manejo de las finanzas ha quedado "aniquilada, pasada, acabada" y recordó que Reino Unido se encuentra en la peor tesitura económica desde la II Guerra Mundial, con un endeudamiento que "heredarán" generaciones, un paro en aumento que ha batido récords y un gasto incontrolado al que Darling no supo poner coto: "Reino Unido no puede permitirse otros cinco años de Laborismo", concluyó.
En este sentido, los mercados reaccionaron negativamente a la exposición del ministro, y el FTSE 100, el índice de referencia de la Bolsa de Londres, cayó 30 puntos durante el discurso de Darling y la libra esterlina perdó casi un céntimo respecto al euro, hasta una equivalencia de 1,12, y similar respecto al dólar, al situarse en un 1,452.