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El déficit de EEUU cuadruplica el PIB de Argentina y pesa tanto como la economía española

El agujero en las cuentas de EEUU carece de precedentes. Los 1,75 billones de déficit multiplican por cuatro el PIB de Argentina, Austria y Grecia; y equivalen al tamaño de la economía española. Obama hipoteca 10 billones y, para financiarlo, subirá impuestos. Los ciudadanos se rebelan.

El agujero en las cuentas de EEUU carece de precedentes. Los 1,75 billones de déficit multiplican por cuatro el PIB de Argentina, Austria y Grecia; y equivalen al tamaño de la economía española. Obama hipoteca 10 billones y, para financiarlo, subirá impuestos. Los ciudadanos se rebelan.

LD (L. Ramírez / M. Llamas) El proyecto de presupuestos de EEUU para el ejercicio fiscal que comenzará el próximo 1 de octubre contempla un déficit público de 1,75 billones de dólares (1,36 billones de euros). Es decir, el 12,3% del PIB. El saldo negativo más elevado desde la Segunda Guerra Mundial, tal como avanzó LD.

Pero esta cifra se queda fría si no se compara con los tamaños de las economías de otros países. Aunque es cierto que el país norteamericano es un gigante que sólo podría compararse estrictamente con regiones como la UE o países como China, los números arrojan un desembolso de dinero público sin precedentes. Y este dinero saldrá de los bolsillos de los contribuyentes.

Según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), existe un tremendo agujero en las cuentas públicas de Obama, consecuencia de su intención de disparar el gasto público y, por lo tanto, hipotecar el futuro de las nuevas generaciones de americanos.

Así, los 1,75 billones de dólares de desfase entre ingresos y gastos multiplica por cuatro el Producto Interior Bruto (PIB) de países como Argentina, Irán y Grecia y se sitúa muy cerca del tamaño de la economía española

A la hora de compararlo con China, el agujero en las cuentas de EEUU equivale al 36,7% del PIB del gigante asiático; y si se equipara con países europeos como Alemania, Francia o Italia, los porcentajes son del 46,4%, 58,2% y del 72,8%, respectivamente.
 


(En la segunda columna se desglosa el PIB para 2009 en dólares, y en la segunda el peso que representa el déficit de EEUU respecto al PIB del país en cuestión, en porcentaje)

Fuente: FMI


Además, como se puede observar en la siguiente tabla, el segundo país que arroja una mayor diferencia entre lo que ingresa y lo que gasta es España, donde la mayoría de analistas consultados por LD prevé un déficit público quesuperará el 8% del Producto Interior Bruto (PIB) este año.
 


La razón de esta enorme gasto público en EEUU se encuentra en la "adicción" de las empresas y consumidores a la ayuda financiera del Gobierno. Aunque en el país que preside Barack Obama no existe una psicología tan asistencial como en España (la posición ciudadana que defiende que el Estado es el que debe dar trabajo a los ciudadanos y facilitarles sus vidas, dejando a la iniciativa privada un carácter testimonial en la mente de la opinión pública), muchas familias nortemaericanas esperan que Obama sea el salvador que vuelva hacer crecer sus cuentas corrientes.

Aunque no todos piensan igual. El primer Presupuesto de Obama ya está recibiendo las primeras críticas sociales. Los ciudadanos apelan al espíritu de la rebelión contra Inglaterra en 1773 en las fiestas tradicionales del té y varios Estados tachan de ilegal el derroche de gasto público y la subida de impuestos. Este año los contribuyentes norteamericanos han aprovechado una de las fiestas liberales por antonomasia para mostrar su claro rechazo a la política económica del nuevo presidente de EEUU, Barack Obama.

No es de extrañar, ya que ha triplicado el déficit fiscal que le dejó su predecesor George W. Bush, además de aprobar un plan de que elevará los impuestos en un billón de dólares. Los presupuestos de Obama costarán más de 1.000 millones al día durante diez años, un gasto que deberán pagar, tarde o temprano, los ciudadanos.

La recesión se convertirá en una Gran Depresión

Pero no se trata sólo de una cuestión ética o de ideología económica. Los directivos y economistas de EEUU advierten que esta ola de desembolso de dinero público va a hacer que dure más la recesión, transformándose en una recesión que pondrá en jaque a la primera economía del mundo.

Así lo explica el economista de Merrill Lynch, Sheryl King en declaraciones a la agencia Reuters: “Los intentos de reparar la banca y los mecanismos de préstamos realizados por la nueva Administración hasta ahora sigieren que, como muy tarde en 2010, la economía de EEUU entrará en una segunda fase recesiva que será muy larga”.

La última muestra de este vaticinio es el enésimo rescate publico de la que hasta el pasado verano era la mayor aseguradora del mundo, American International Group. En esta ocasión el Estado le ha inyectado otros 30.000 millones de dólares, pero sus directivos ya avisan que será necesario más dinero de los ciudadanos para evitar la quiebra de esta corporación internacional. Y cuanto más se tarde en estabilizar el sector financiero, más sufrirá la economía, menos créditos se darán y más necesaria será la intervención del Gobierno.

Además, el Gobierno de EEUU estudia inyectar más dinero público en General Motors, Chrysler, así como nacionalizar Citigroup (y otros grandes bancos. De momento, Merrill Lynch espera una tasa de paro del 10% al cierre de 2009, con una caída de los precios inmobiliarios del 15% sólo este año y un desplome de los índices de los mercados de valores en el entorno del 20%. Estas pérdidas son una razón de peso para explicar la dificultad que tendrá Obama para revitalizar la economía.

De nada sirve inyectar fondos en bancos y empresas públicas ineficientes (en muchas de ellas se observa una notable mala gestión de los recursos en la etapa de vacas gordas) si la actividad económica depende en dos terceras partes del gasto de los consumidores.

Como ejemplo de esta falta de confianza cabe destacar que los presidentes y consejeros delegados de EEUU no quieren comprar acciones de sus compañías porque no confían en una recuperación. Una cosa es dirigir una compañía y otra distinta es invertir en ella.

Y si el gigante no crece el resto del mundo tampoco lo hará. “Los ciudadanos de EEUU nunca más van a vivir como lo hicieron en la última década y no podemos identificar de forma objetiva ninguna fuente de crecimiento en la economía global sin que se produzca una recuperación parcial en el consumo de las familias norteamericanas”, explica Steven Wieting, economista de Citigroup.

La máquina de billetes no funciona

En esencia, la Reserva Federal (FED) y el departamento del Tesoro (el equivalente en Europa al Ministerio de Economía) han sido obligados a tomar parte en una revisión de la regulación y la seguridad de los mercados de valores, donde las pérdidas en los balances de las entidades financieras están siendo evitadas con dinero público y luego puestas a disposición de los inversores de todo el planeta.

Pero los esfuerzos de la FED por imprimir más billetes e inyectarlos en el sistema están teniendo un efecto muy limitado en la economía. De hecho, puede ser perjudicial, como ha admitido recientemente su presidente, Ben Bernanke. La hiperinflación ha dejado de ser un espeso nubarrón en el horizonte para convertirse en amenaza de tormenta.

Mientras, la confianza en la recuperación se desploma cada dia más e incluso aquellos que pueden conseguir liquidez son muy reticentes a prestar dinero o a gastarlo. Según los datos de los programas de crédito de la FED relativos a enero, el 60% de los bancos domésticos aseguran que se ha reducido la demanda de préstamos en los comercios y la industria en un 15% desde el fatídico mes de octubre.

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