Por su parte, Merril Lynch calcula que las eléctricas habrían ganado 750 millones si se hubiese ampliado la vida útil de la planta hasta 2021, como propuso el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Esta cifra toma como base una actividad del 85% de la potencia y un precio de venta de 55 euros por megavatio hora (MWh).
Los analistas financieros consideran además que la decisión sobre la planta responde más a una medida "política" que al "sentido común", y no esperan que la misma tenga un efecto significativo sobre la cotización de Iberdrola y Endesa, las dos empresas que participan en la sociedad titular de las instalaciones, Nuclenor.
Los analistas de Banesto aseguran que el cierre de Garoña tiene un impacto sobre la cotización de las eléctricas inferior al 1%, y que este porcentaje de caída ya se ha descontado en sesiones anteriores. "No estamos asumiendo ninguna otra extensión de centrales nucleares en nuestros números" y "nuestra duda es por qué cerrar una central nuclear que está en funcionamiento, es barata, limpia y segura", añade Banesto, que hace una valoración "negativa" de la medida.
Un informe de M&B indica que "la decisión del Gobierno está totalmente en línea con las expectativas después de que se pidiese al CSN un informe evaluando la posibilidad de que la vida útil de Garoña se ampliase dos, cuatro o seis años", aunque el Ministerio de Industria ha utilizado argumentos "débiles" para defenderla.
Para los analistas de UBS, la decisión "es negativa, ya que el Gobierno ha ignorado la recomendación del CSN de extender diez años el funcionamiento de la planta". En todo caso, dice descartar el cierre de centrales en España entre 2020 y 2030, y entiende que "la decisión sobre Garoña conlleva una mínima incertidumbre regulatoria".
Por su parte, Nomura dice en un informe haber sentido "sorpresa" con la decisión, mientras que Fortis hace una valoración contraria al subrayar que el cierre forma parte del programa político del Gobierno y "no debería sorprender al mercado".