El Tesoro portugués afronta dos citas clave entre abril y junio. En concreto, Lisboa precisa refinanciar unos 4.300 millones de euros el próximo abril y otros 4.900 millones en junio, y ello en un momento en el que los inversores exigen una rentabilidad récord, ya que la deuda lusa -tanto a largo como a medio plazo- se mantiene en torno al 8%, un coste inasumible, según los expertos.
El rechazo parlamentario al último plan de austeridad presentado por el Gobierno socialista ha abierto una profunda crisis política en el país vecino que se viene a sumar a la creciente presión que sufre su mercado de deuda soberana. De hecho, la cámara de compensación independiente LCH.Clearnet decidió el pasado viernes no aceptar los bonos portugueses como garantía en sus cestas de deuda pública tras la decisión de Standard & Poor's de rebajar el rating de Portugal en dos escalones, hasta 'BBB', según informó en un comunicado.
Desde este lunes, los bonos gubernamentales portugueses no serán validos en ninguna de las cestas €GC. La cámara explica que esta decisión está en consonancia con su normativa, que establece que puede añadir o retirar la deuda de un país en las diferentes canastas €GC en caso de que el rating combinado de su deuda cambie y, en este caso, se sitúe por debajo de lo definido para los países de la eurozona. Este rechazo de los bonos portugueses añadirá más presión al Gobierno luso.
Ante tal situación, el gobernador del Banco Central da Austria, Ewald Nowotny, miembro del consejo del Banco Central Europeo (BCE), señaló este fin de semana que desde el punto de vista económicos sería "recomendable" que Portugal solicite cuanto antes el rescate a la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este sentido, según Nowotny, la emisión de deda prevista para abril será clave a la hora de determinar o no el rescate de Lisboa.
Pese a ello, por el momento, el Gobierno luso se muestra reticente a pedir ayuda. El primer ministro dimisionario, José Sócrates, vaticinó el domingo que un eventual rescate al país "agravaría las condiciones de financiación de otros países europeos" y acusó a la oposición conservadora de "debilitar" a Portugal y rendirse al FMI.
Recurrir a la ayuda externa "sería malo para Europa, que tiene una moneda única", avisó Sócrates, quien aseguró que una intervención podría servir para "especular" con la deuda de otros países de la zona Euro. En un discurso con motivo de su reelección como secretario general del Partido Socialista (PS), abundó en los peligros de un posible rescate luso y citó el "desprestigio" internacional y los efectos "nocivos" del mismo para la vida de los portugueses. "Esos programas (de rescate) imponen una agenda liberal que es negativa para el estado social", apuntó Sócrates, quien aseguró conocer "muy bien" la situación en la que se encuentran Grecia e Irlanda después recibir ayuda financiera externa.
El jefe de Gobierno en funciones pronunció un discurso en clave electoral y dirigió fuertes ataques al principal partido opositor, el Social Demócrata (PSD), cuyo rechazo parlamentario del último plan de ajuste forzó la dimisión de Sócrates el pasado miércoles.
Los socialdemócratas "están rendidos a la idea de que Portugal tenga que tener un programa con el FMI. No será bueno ni para Portugal, ni para Europa", reflejó. Sócrates se mostró dispuesto a volver a encabezar la candidatura de su partido en los hipotéticos comicios anticipados que se celebrarían hacia junio. La dimisión de Sócrates agudizó la crisis en el país, que ya vive la peor recesión de sus últimos treinta años, y dejó en manos del jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, la decisión de convocar elecciones anticipadas, como piden todos los partidos, o formar otro Gobierno, informa Efe.
En caso de convocarse comicios, un sondeo reciente apuntaba a una clara victoria en las urnas del PSD, con casi el doble de votos que los socialistas, que le permitiría gobernar con mayoría absoluta gracias al previsto apoyo de los democristianos del CDS-PP.