LD (Lorenzo Ramírez) El Banco Central Europeo (BCE) anunció hace tres semanas que, además de mantener los tipos de interés bajos, quiere aplicar medidas “no convencionales” en el sector financiero.
La principal es crear 60.000 millones de euros para comprar cédulas hipotecarias, muchas de ellas españolas, según adelantó LD. Posteriormente, el Gobierno español confirmó este rescate encubierto de bancos y cajas.
El plan comenzará en julio y este lunes se empiezan a adelantar algunos detalles del programa. La principal novedad es que no será el BCE quien adquiera estos bonos corporativos, sino que delegará las compras en los bancos centrales nacionales.
Así lo ha anunciado Ewald Nowotny, miembro del consejo del gobierno del organismo comunitario, quien además ha explicado que los títulos que adquieran los bancos centrales no podrán tener un periodo de madurez superior a los cinco años, según publica Bloomberg.
“La compra de los bonos se hará principalmente a través de los bancos centrales, aunque el BCE se guarda una cuota”, señaló Nowotny, que es el responsable del Banco Central de Austria. “El proceso de compra se realizará durante un año”, añadió.
El presidente del BCE, Jean Claude Trichet pretende así “ayudar a abrir los mercados de crédito” y el programa “es un compromiso efectuado después de que los políticos hayan fracasado en su intento de adquirir 125.000 millones de euros en activos cuyo valor se ha hundido tras el estallido de la crisis financiera (los denominados “tóxicos”).
El consejo de gobierno de organismo monetario está ultimando los detalles de este nuevo rescate financiero, pero Nowotny asegura que “existe una clara unanimidad en relación a los detalles técnicos” del proceso.
¿Qué bonos comprarán los bancos centrales?
Los bonos garantizados que adquirirán los organismos monetarios están asegurados por créditos hipotecarios, conocidos en España como cédulas hipotecarias, y por créditos al sector público, llamadas cédulas territoriales.
Se trata por ello de bonos en teoría muy seguros (en realidad no lo son tanto, por eso los compra el BCE y no los quiere el mercado) ya que cuentan con garantías adicionales: la cartera hipotecaria o de créditos al sector público de las entidades emisoras y las que ofrece el propio emisor.
El BCE comprará en toda la zona del euro bonos garantizados que deben reunir los requisitos para poder usarlos como garantía en las operaciones de crédito del eurosistema. El banco europeo comprará cédulas hipotecarias, cédulas territoriales y multicédulas hipotecarias, según se desprende de la definición que ha dado.
"Doble A"
Además, el volumen de emisión de la cédula deberá ser, como mínimo, de unos 500 millones de euros y tener la calificación de doble A, títulos considerados de alta calidad.
La entidad monetaria comenzará las compras en julio de este año y prevé completarlas a finales de junio de 2010 como muy tarde. El BCE va a adquirir directamente nuevas emisiones de bonos garantizados en el mercado primario, de modo que es muy probable que contribuya a impulsarlas más.
Algo que ya ha ocurrido: desde que el BCE anunció el 7 de mayo la compra de bonos garantizados, 13 entidades de la zona del euro han emitidos cédulas hipotecarias y territoriales por un volumen de 16.000 millones de euros, según cifras de Barclays Capital.
Esta cifra duplica el volumen emitido en los cuatro meses anteriores al anuncio y, previsiblemente, se va a mantener. Con las compras en el mercado secundario de cédulas ya existentes, el BCE contribuirá a que suba su precio.
Apoyo a la deuda privada financiera
Con la compra de bonos garantizados, el banco europeo quiere apoyar un segmento del mercado de deuda privada que ha estado muy castigado por la crisis financiera y que los bancos comerciales usan para financiarse.
Algunos expertos han criticado que esta medida es asimétrica y que beneficia sólo a algunos países de la zona del euro, especialmente a Alemania, España y Francia, pero no a todos.
El mercado de estos bonos garantizados tiene en Europa un volumen de unos 1,6 billones de euros, de ellos el 32% es de Alemania, el 31% de España y el 15% por ciento de Francia.