Convertir créditos en bonos que compran y venden los inversores. Es el arte de la titulización, un mercado que hasta el estallido de las turbulencias financieras en Estados Unidos ha tenido un gran desarrollo en el comienzo del siglo XXI. El volumen anual de las emisiones se había multiplicado por 15 en España entre 2000 y 2007, arrojando un saldo de 307.000 millones de euros, según el Banco de España.
Desde que el BCE hizo este anuncio, bancos y cajas españoles han vuelto a emitir cédulas hipotecarias, un producto que no quieren los inversores porque su riesgo es muy alto, sobre todo cuando se negocian en el mercado europeo, cuyas entidades financieras no han reflejado aún en sus balances la depreciación de sus activos.
60.000 millones de euros
El programa, con el que el BCE prende aliviar las tensiones del mercado de crédito, prevé la adquisición de esos bonos por un valor nominal de 60.000 millones de euros. La compra se realizará en los mercados primario y secundario: se adquirirán cédulas de nueva emisión y ya existentes.
En ambos casos, precisó el BCE en un comunicado, los bonos no serán de máxima calidad -una calificación mínima de AA o equivalente-, con vencimiento entre tres y diez años y un mínimo de emisión de 500 millones de euros.
El BCE precisó que en algunos casos especiales se podrán adquirir emisiones por debajo de ese límite aunque nunca por debajo de los 100 millones de euros. Las compras las harán directamente los bancos centrales nacionales y excepcionalmente el BCE.
Las operaciones, que se prolongarán hasta el 30 de junio de 2010, se concentrarán en el área del euro, pero en algunos casos podrán admitirse bonos garantizados con activos de fuera del Eurosistema.
El programa de compra de bonos garantizados no forma parte de las actuaciones calificadas por los economistas de expansión cuantitativa sino de las medidas no convencionales puestas en marcha por el BCE desde el estallido de la crisis, según el vocabulario del BCE.