Ya casi se ha convertido en tradición que los distintos gobiernos de la zona euro nieguen, una y otra vez, la necesidad de solicitar un rescate para evitar la quiebra. Aconteció con Grecia, después con Irlanda, y ahora le toca el turno a Portugal. El Gobierno luso ha hecho bloque ante las informaciones, cada vez más numerosas, que apuntan a su pronta caída. El mensaje oficial de rechazo a la petición de ayuda se ha intensificado en las últimas horas.
Así, el primer ministro de Portugal, José Sócrates, descartó este martes pedir ayuda financiera tras revelar que su país sobrepasó en 2010 sus previsiones para reducir el déficit fiscal en dos puntos, hasta situarlo por debajo del 7,3% del PIB. Sócrates criticó los "rumores" sobre un posible rescate financiero y dijo que sólo sirven para perjudicar a su país y al Euro y ayudar a los especuladores (culpar a los mercados se ha convertido también en costumbre entre los dirigentes políticos).
En una intervención ante la prensa, el primer ministro socialista luso aseguró que Portugal no va a pedir ayuda "porque no la necesita", y seguirá financiándose en el mercado y cumpliendo el programa de ajustes económicos que en 2010 le ha colocado entre los países europeos que más han reducido su déficit público. "Portugal está resolviendo sus problemas", concluyó Sócrates.
En esta misma línea, se manifestó el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, que compareció poco después de Sócrates. "La tasa media de toda la deuda portuguesa es relativamente baja" todavía y "poco significativa". El Ejecutivo es capaz de "soportar" la actual presión de los mercados sobre su deuda soberana, cuya rentabilidad (tipos de interés) se mantiene en torno al 7%, informa Efe.
Estas declaraciones se suman a las realizadas el pasado domingo por Carlos Costa, gobernador del Banco de Portugal (banco central), quien también negó la necesidad de solicitar ayuda a la UE o el Fondo Monetario Internacional (FMI), eso sí, a corto plazo. De hecho, afirmó literalmente lo siguiente: "Los portugueses tienen capacidad para resolver los problemas por sí mismos, hasta que me demuestren lo contrario". Una última anotación con la que Costa se cubre las espaldas.
Rescate "inevitable"
Y es que, no todos opinan lo mismo en el seno del regulador monetario luso. La economista y administradora del Banco de Portugal, Teodora Cardoso, contradijo el lunes a Costa y al propio Gobierno portugués al admitir que el rescate será "inevitable", dada la actual tensión que vive el mercado de deuda pública. Además, "sería más fácil si tuviéramos un apoyo externo porque eso, desde luego, permite que el ajuste [de la economía lusa] no sea tan abrupto", informa el diario luso Negócios.
Se trata del primer reconocimiento oficial de un posible rescate, relevante además si se tiene en cuenta el alto cargo que ocupa Cardoso. Pese a ello, Lisboa insistió este martes en la buena evolución económica y que muy pocos países son capaces de bajar tanto el déficit y duplicar además las previsiones de crecimiento, que eran del 0,7% y se calculan, al cierre del año, en el 1,4% del PIB.
Recesión en 2011
Sin embargo, el optimismo de Sócrates contrasta con las previsiones económicas del Banco de Portugal. En su último Boletín Económico, publicado este martes, el organismo advierte de que la austeridad presupuestaria y la contracción crediticia causarán una nueva recesión en 2011 y un crecimiento débil en 2012. En concreto, estima una caída del 1,3% del PIB en 2011 y un avance de apenas el 0,6% en 2012.
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De hecho, dada la actual tensión financiera y los actuales riesgos, el documento alerta de que existe un "60% de probabilidades" de que la recesión de 2011 y las previsiones de crecimiento hasta 2013 sean peores a las estimadas.
Mientras, continúa la tensión en el mercado de deuda lusa pese a las últimas compras de sus bonos por parte del BCE y la ronda de adquisiciones de deuda europea anunciada por Japón (hasta el 20% de las emisiones del Fondo de rescate previstas en enero).
La rentabilidad del bono portugués a diez años se mantiene por encima del 7%, considerado por muchos como el punto de inflexión a partir del cual la caída es inevitable. El rescate de Grecia se produjo apenas dos semanas después de alcanzar ese umbral, mientras que el de Irlanda tardó casi un mes.
Impacto sobre España
La cuestión es que, a diferencia de esos dos países, la caída de Portugal amenaza con azotar a España de forma sustancial.
No obstante, su exposición a la deuda pública y privada portuguesa roza los 100.000 millones de dólares (unos 77.000 millones de euros), el 34% de todo el crédito internacional luso (292.000 millones de dólares), según los últimos datos del Banco Internacional de Pagos (BIS), correspondientes a diciembre de 2010.
Quizá por eso, y ante la previsible caída de Portugal, existan ya voces, como la del Financial Times, que sugieren a España la solicitud de un crédito preventivo al FMI.