(Libertad Digital) Justo cuando el Primer Ministro se encuentra en el extranjero tratando de convencer a los países del G20 de que deben invertir masivamente dinero público para estimular sus economías, King le pide a Brown moderación.
El gobernador del banco emisor lanzó este martes, en víspera de la cumbre del G20, una clara advertencia al líder laborista: Gran Bretaña no puede permitirse una nueva expansión fiscal. "No hay ninguna duda de que nos enfrentamos a déficit fiscales muy grandes durante los dos o tres próximos años", dijo King, quien agregó que el país no puede permitirse un segundo plan de estímulo económico.
La advertencia pilló a Brown al comienzo de una gira por varios países, que incluye a EEUU, Brasil y Chile, para coordinar con otros líderes las medidas que quiere que formen parte de la agenda de la próxima reunión londinense de ese grupo de países ricos y emergentes. El número 10 de Downing Street y el ministerio de Finanzas se apresuraron a desmentir que haya diferencias entre ambos, pero el titular de ese departamento, Alistair Darling, se muestra más reacio que Brown a perseguir más políticas expansionistas, y King parece darle razón.
Normalmente los gobernadores del Banco de Inglaterra no suelen hacer comentarios anticipados sobre los presupuestos de igual manera que el Gobierno no comenta anticipadamente las decisiones de ese instituto sobre los tipos de interés. Se trata pues de una intervención poco usual la de King, a quien por cierto recibió el mismo día la Reina de Inglaterra para una entrevista sin precedentes con un gobernador del banco emisor, informa Efe.
Una intervención sin duda motivada por el abandono por parte del Gobierno de las propias reglas fiscales que ponían límites al endeudamiento público. La fuerte recesión económica produjo una drástica caída de los ingresos fiscales y el primer ministro consideró que no le quedaba más remedio que dar al traste con una política de prudencia fiscal de la que había presumido durante los años de vacas gordas.
Gran Bretaña se enfrenta a una degradación crediticia
El portavoz para Asuntos Económicos de la oposición conservadora, George Osborne, se hizo inmediatamente eco del aviso de King al Gobierno, se apresuró a señalar que Brown se había quedado "aislado tanto dentro como fuera del país" y recordó las reiteradas advertencias de los "tories" contra un excesivo endeudamiento. Como comenta este miércoles el diario Financial Times, la advertencia pública de Brown va a limitar sin duda el margen de maniobra de Brown ante la cumbre del G20 en la que ha querido oficiar de anfitrión.
A las advertencias internas se suman además las externas, y así la propia Comisión Europea dio ayer de plazo a Londres hasta el año fiscal 2013-14 para poner volver a situar el déficit presupuestario por debajo del 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), algo materialmente imposible si Brown no aumenta los impuestos o restringe fuertemente el gasto público.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se muestra especialmente pesimista y predice un déficit nada menos que del 11 por ciento del PIB en 2010. Hay quienes temen incluso que las masivas cantidades de dinero público invertidas en los rescates bancarios junto a otras medidas económicas adoptadas para limitar el efecto negativo de la crisis lleven a las agencias de calificación de riesgo a rebajar el nivel crediticio del país y le obliguen además a solicitar la ayuda del FMI, tal y como avanzó LD.
Pese a ese evidente peligro y con la perspectiva de unas elecciones generales, el próximo año, que todos dicen que puede perder, Brown parece dispuesto a gastar lo que haga falta para estimular la economía e impedir que crezca el desempleo, que supera ya los dos millones.
Fracaso en la venta de bonos
Por otra parte, el Estado británico no ha conseguido encontrar suficientes compradores para la subasta de bonos por 1.750 millones de libras (2.550 millones de dólares) por primera vez en al menos siete años. El fracaso en la colocación responde al rechazo de los inversores hacia el plan propuesto por el primer ministro Gordon Brown para intentar sacar a la economía del país de su peor crisis de las últimas tres décadas.
Los inversores sólo contrataron 1.630 millones de dólares de títulos de renta fija a 40 años. La última vez que el Gobierno británico fue incapaz de atraer suficientes compradores para su emisión de deuda fue en 2002, cuando trató de vender TIPS a 30 años. No obstante, el ejecutivo se ha planteado vender un récord de 146.400 millones de libras en bonos este año y otros 147.900 millones en 2010 para intentar evitar la peor recesión desde 1980.
El Banco de Inglaterra alerta: Brown no puede aprobar nuevos estímulos
El gobernador del Banco de Inglaterra carga contra el primer ministro británico, Gordon Brown. El país se enfrenta a "déficit fiscales muy grandes durante los dos o tres próximos años". Brown no puede permitirse un segundo plan de estímulo y la venta de deuda fracasa por primera vez desde 2002.
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