Durante su discurso en el Club Financiero Vigo, Fernández Ordóñez concretó que "tanto el déficit público como la situación del sistema financiero depende en buena parte del paro". "Si se adoptan las reformas destinadas a mejorar rápidamente la situación del empleo, bancos y cajas podrán contribuir, tal como deben, a la recuperación de la economía", sin verse lastradas por las tasas de morosidad, añadió.
Además, el gobernador del Banco de España apuntó que las entidades financieras "sólo se mostrarán más activas que ahora en la concesión de créditos si confían en el que el futuro de los trabajadores y empresas les permitirá devolver esos préstamos".
Así pues, Fernández Ordóñez advirtió que "si no se adoptan con prontitud" las reformas necesarias "o no son lo suficientemente ambiciosas, se podría abrir ante nosotros un periodo de serias dificultades".
En este punto, el gobernador del Banco de España aprovechó para llamar a la responsabilidad de las entidades financieras para que "no den crédito nunca a quien no lo va a devolver", pero también para recordarles que "si dejan de prestar un sólo euro a quien es solvente, están echando piedras sobre su propio tejado".
Negociación colectiva
Ahondando en la reforma laboral, Fernández Ordóñez apuntó que sería necesario "revisar un conjunto numeroso de instituciones". En primer lugar, consideró "interesantes" algunas ideas sobre la reforma de la contratación propuesta por 100 economistas españoles, que apostaba por un único contrato indefinido para todas las nuevas contrataciones, con una indemnización por año de servicio creciente en función de la antigüedad.
Ahora bien, aseguró que la reforma "más urgente" es la de la negociación colectiva porque podría ayudar a detener "la sangría del paro, recuperar algo de competitividad y mejorar la productividad". "Esta reforma es especialmente necesaria para las medianas y pequeñas empresas", añadió.
En su opinión, "habría que conseguir que, sin mayores complicaciones, los trabajadores de cualquier empresas pudieran acordar con sus empresarios lo que mejor les convenga", algo que en la actualidad "no es posible como consecuencia de los convenios sectoriales y regionales, que imponen un importante grado de rigidez en la fijación de los salarios como en todos aquellos aspectos que tienen que ver con la organización interna del trabajo en las empresas".
Con todo, indicó que "no sería necesario suprimir los convenios sectoriales o regionales", sino que podrían servir de "referencia o de red de seguridad" en los casos en que no se lograse un acuerdo a nivel de empresa.
A modo de resumen, Fernández Ordóñez precisó que "tanto la reforma de la negociación colectiva, como la reforma de la contratación, si se implantan sin alterar las condiciones de despido de los trabajadores actualmente contratados, favorecerían a todos los trabajadores, tanto a los desempleados como a los que tienen empleo".
Corrección del déficit
Por otro lado, también consideró "necesario y urgente" resolver el problema del desequilibrio de las cuentas públicas. En este sentido, Fernández Ordóñez consideró que "reconducir el déficit a niveles sostenibles es todavía factible", pero advirtió de que "no bastará con los habituales planes", sino que será imprescindible acometer, en cada una de las rúbricas de gasto, "reformas estructurales profundas".
Dicho esto, el gobernador del banco emisor lanzó un mensaje al Gobierno al señalar que otros países, como los nórdicos, que en los años noventa sufrieron una crisis parecida, consiguieron mantener lo esencial del Estado de bienestar gracias a que adoptaron reformas de una "gran audacia" en todo el abanico del gasto. "podríamos aprender algo de ellos", más aún cuando España se enfrenta a un déficit de "dimensiones históricas", reiteró.
Para terminar, Fernández Ordóñez adoptó una visión macroeconómica y aseguró que "la fase más aguda de la contracción de la economía española ya ha pasado" . "Las perspectivas apuntan a que a lo largo de este año podría iniciarse una fase de crecimiento gradual", precisó para añadir que "esto hay que celebrarlo, pues significa que las empresas españolas ya no van a experimentar la caída libre de las ventas que se produjo el pasado año". Ahora bien, volvió a reiterar que "si las reformas llegan tarde o son insuficientes, el futuro de España es, sin duda, preocupante".