(Libertad Digital) Los datos fueron avanzados por el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, en rueda de prensa, el único que queda tras la marcha de Pedro Solbes del Ministerio de Economía. Ocaña no pudo ocultar que esta brecha entre ingresos y gastos se debe a la falta de recaudación y al aumento del gasto, un binomio insostenible.
Este déficit de 6.553 millones de euros (el 0,6% del PIB), medido en términos de contabilidad nacional, contrasta con el superávit de 9.123 millones registrado en el mismo periodo del año anterior.
Este resultado fue consecuencia de unos pagos que se situaron en 51.729 millones de euros, un 9,9% más, mientras que los ingresos sumaron 45.176 millones de euros, lo que supone una caída del 19,6%.
El agujero se debe, según Ocaña, al impacto muy relevante de las medidas adoptadas por el Gobierno para afrontar la crisis, como el adelanto de las devoluciones del IVA y los mayores aplazamientos en el pago de impuestos, así como por la rebaja fiscal de 400 euros en el IRPF, entre otras,
En términos de caja -que computa los ingresos y los gastos cuando se efectúan, no cuando se comprometen- el Estado tuvo un saldo negativo de 8.467 millones de euros, frente al superávit de 8.376 millones de euros del mismo periodo del año anterior.
Por su parte, la recaudación neta ascendió a 64.924 millones de euros, un 12,6% menos, y los impuestos directos sumaron 33.014 millones, lo que supone un descenso del 4,7%.