Desde hace meses, el congresista republicando Ron Paul lidera una ardua lucha política para que el poder legislativo de EEUU apruebe una normativa revolucionaria, consistente en someter a supervisión política las deliberaciones y decisiones monetarias de la Reserva Federal (FED). Hoy por hoy, el banco central de EEUU, al igual que el resto de sus homólogos, actúa bajo secreto de sumario. Sus deliberaciones no son públicas con el fin de garantizar su independencia del poder político.
Sin embargo, todo este organigrama de funcionamiento está siendo puesto en cuestión en EEUU. Paul ha introducido una iniciativa legislativa (HR 1207) bajo el título Ley de Transparencia de la Reserva Federal. La reforma consiste en someter las decisiones y reuniones de la Junta directiva de la FED a la supervisión del Interventor General de EEUU.
Contra todo pronóstico, la medida no sólo está siendo debatida, sino que ha logrado el apoyo de más de la mitad de los congresistas de EEUU. En estos momentos, el citado proyecto de ley está siendo analizado en el Senado. Paul ha sido uno de los principales críticos con la política monetaria ejercida por la FED en los últimos años, antes en manos de Alan Greenspan y hoy dirigida por Ben Bernanke.
De hecho, va más allá al declarar: "El momento ha llegado, acabemos con la FED".
Obama quiere dar más poder a la FED
Dicho proceso contrasta con otra propuesta planteada, en este caso, por el presidente de EEUU, Barack Obama, que tiene como fin incrementar aún más el poder de intervención de la FED en la economía estadounidense. Obama pretende reformar el sistema financiero de EEUU incrementando el rol que juega en la actualidad la Reserva Federal, que se vería así dotada de mayores competencias para supervisar y regular a las entidades financieras de la primera potencia mundial.
Sin embargo, el proyecto de Obama no cuenta con el apoyo de los estadounidenses. Según una reciente encuesta, elaborada por la prestigiosa compañía de sondeos de opinión Rasmussen, el 75% de los ciudadanos apoya la iniciativa de Ron Paul.
Es decir, está a favor de que la FED sea auditada y sus resultados se pongan a disposición del público, eliminando así el secretismo que rodea la toma de decisiones de este organismo de planificación central a nivel financiero. Tan sólo un 9% considera una mala idea auditar a la FED, mientras que el 15% no sabe, no contesta.
Además, el 46% de los encuestados considera que la FED tiene un poder excesivo sobre la economía estadounidense, por lo que la mayoría (un 51%) rechaza incrementar su capacidad de intervención, tal y como pretende Obama.
Los estadounidenses rechazan la reforma de Obama
Otro dato relevante. Si bien la FED, según sus propios estatutos, goza de plena independencia del Gobierno a la hora de tomar decisiones, el 60% de los estadounidenses afirman que el presidente de EEUU ejerce una gran influencia sobre las actuaciones de dicho organismo. Tan sólo el 20% cree en la independencia política de la FED.
Por otro lado, una encuesta realizada por Gallup, refleja que tan sólo el 30% de los estadounidenses estima que la FED está realizando un buen trabajo contra la crisis financiera y económica. La Reserva Federal recibe así la valoración más baja de las 9 agencias gubernamentales evaluadas que incluye la encuesta, informa AP.
Así pues, el presidente de la FED, Ben Bernanke , recibe un suspenso. La FED ha inyectado billones de dólares para salvar entidades y evitar el colapso del sistema financiero estadounidense. El objetivo estatutario de la Reserva Federal consiste en garantizar el crecimiento económico y mantener una inflación baja y estable mediante su política monetaria (tipos de interés). A la vista de los resultados, resulta evidente que la FED ha incumplido dicho compromiso.