LD (L. Ramírez) El hundimiento del mercado inmobiliario norteamericano tras el estallido de la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprime) es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la nueva Administración que dirige Barack Obama.
Después de aprobar paquetes de ayuda por valor de 10 billones de euros para salvar al sistema financiero y ayudar a las familias a hacer frente a sus cuotas hipotecarias, ahora los economistas apuntan a una nueva iniciativa para que la economía de EEUU retorne a su senda de crecimiento.
La propuesta, que recoge Albert Esplugas en su blog, consiste en otorgar permisos de residencia a los extranjeros que compren una casa en EEUU. Según varios economistas norteamericanos, permitir la entrada de más inmigrantes contribuiría a la recuperación económica. El economista Alex Tabarrok llega a ponerle nombre (eslogan) a esta iniciativa: “Get a House, Get a Visa” (consigue una casa, consigue un visado).
“Deberíamos aumentar la llegada de inmigrantes jóvenes que aún no tienen familia. A principios de 2007, la llegada neta de inmigrantes cayó a la mitad del nivel que tuvo en los cinco años anteriores. Aumentar el volumen de inmigrantes elevaría la demanda inmobiliaria y volvería a impulsar al alza los precios de las viviendas. Hay que destacar que el beneficio sería inmediato. Los precios de las casas –y el valor de las cuotas hipotecarias- aumentarían ante la expectativa del incremento de la población. EEUU necesita especialmente trabajadores altamente cualificados, pero estos empleados no sólo comprarían casas sino que ayudarían a elevar los estándares de vida de todos los ciudadanos norteamericanos”, indica el profesor de macroeconomía de la Universidad norteamericana de UCLA, Lee Ohanian en un artículo para el Wall Street Journal.
Es decir, que según este economista el objetivo sería atraer a inmigrantes que pudieran desarrollar trabajos que generen un alto valor añadido, ya que en el caso de empleados de oficios que no requieran una alta cualificación este argumento no sería válido. El economista y divulgador Thomas Friedman dedica precisamente un artículo de opinión en el New York Times a esta cuestión, donde recoge los argumentos de Shekhar Gupta, editor del periódico The Indian Express.
Dos millones de indios, chinos y coreanos
Gupta afirma que "todo lo que necesita hacer el Gobierno de EEUU es conceder visados a dos millones de indios, chinos y coreanos". De esta forma, "comprarán todas las casas subprime, trabajarán 18 horas al día para pagarlas, mejorarán inmediatamente la tasa de ahorro (ningún banco de India tiene una morosidad superior al 2% porque no pagar la hipoteca se considera vergonzoso), e iniciarán nuevas empresas para crear puestos de trabajo para los inmigrantes y para los estadounidenses. "
Friedman valora este enfoque y cree que es necesario “recordar cómo llegó EEUU a convertirse en el país más rico del mundo”. Así, señala que “no fue por el proteccionismo, por los bancos de propiedad estatal o por temor a la libertad de comercio. No, la fórmula es muy simple: construir una economía realmente flexible, muy abierta, que tolere la destrucción creativa del capital para transferirlo a mejores ideas y empresas”. De esta forma “habría que atraer a los más diversos, inteligentes y enérgicos inmigrantes de todos los rincones del mundo”.
El economista considera una “mala señal”, que el presidente Obama no haya conseguido evitar que el Senado norteamericano rechazara el pasado 6 de febrero que los bancos y otras instituciones financieras que reciben el dinero de los contribuyentes a través de los rescates públicos
puedan contratar a inmigrantes altamente cualificados de forma temporal, es decir, aquellos que tienen los visados H-1B”.
“En una era en la que atraer a los mejores trabajadores de todo el planeta es la más importante ventaja competitiva que un país puede lograr en un mundo dominado por la economía del conocimiento ¿Por qué añadir barreras contra este tipo de capital en cualquier lugar? Esto se llama "la vieja Europa y es estúpido”, sentencia Friedman.
Y no es el único que opina de esta manera. Subhash B. Dhar, miembro del consejo ejecutivo de Infosys, la conocida empresa de tecnología de la India que envía empleados a EEUU también coincide con Friedman, al explicar que “si se limita la llegada de inmigrantes cualificados será una buena cosa para la India y mala para norteamérica, ya que los empleados se verán obligados a innovar en sus países de origen y EEUU perderá oportunidades”.
“¿Sabía usted que para una empresa india, sigue siendo más fácil hacer negocios con una empresa norteamericana que con una compañía del propio país?”, indica Dhar. Cada región de la India trata de proteger a sus pequeñas economías con sus propias normas. América no debe copiar esta política errónea”, incide el empresario indio.
Los datos avalan este enfoque. Según la investigación realizada por Vivek Wadhwa, analista de la Harvard Law School, más de la mitad de las empresas ubicadas en Silicon Valley fueron fundadas por inmigrantes en la última década, según explica en un ensayo publicado en BusinessWeek.com.
“No queremos salir de esta crisis sólo con la inflación, una montaña de deuda y más puestos de trabajo de baja cualificación. Queremos (tenemos que) salir de la recesión con un nuevo procesador de Intel, Google, Microsoft o Apple. Me hubiera encantado haber visto como el conjunto de medidas de estímulo económico son financiados por un banco de capital riesgo con el apoyo del Gobierno que ayude a financiar la totalidad de los pequeños emprendedores (start-ups) que no pueden comenzar sus negocios en la actualidad (en un espacio de energías limpias están muriendo como moscas), debido a la falta de liquidez de las fuentes tradicionales de crédito”, concluye Friedman.