El pasado 13 de octubre Zapatero mandó un correo electrónico a los despachos ministeriales para pedir “imaginación” en la elaboración de la Ley de Economía sostenible, una norma con la que el Gobierno pretende cambiar el modelo de crecimiento, en una muestra más de intervencionismo.
"Tiene que estar aprobada y publicada el 31 de diciembre de 2009", señalaba el correo electrónico que, además, anunciaba que la ley debía llegar al Consejo de Ministros una semana antes del anteproyecto de los Presupuestos Generales del Estado para 2010, es decir, que la “fecha tope 17 de septiembre 2009”.
Moncloa recordaba que “dados los plazos con que contamos todo es urgentísimo...con motivo de este calendario tan apretado, deben evitarse contenidos que exijan informes preceptivos o dictamen del Consejo de Estado.
Este carácter de “urgencia” desvela la forma de trabajar que tiene el Ejecutivo y contrasta con la supuesta importancia que tendrá la norma a la hora de determinar el modelo productivo español. Sobre todo cuando el propio Zapatero pedía “imaginación” a sus ministros para dotar de contenido a la citada ley.
Y ahora le toca generar ideas a patronal y sindicatos. Según confirmaron fuentes de CCOO y UGT a Europa Press, el viernes a las 13:00 horas, tras el Consejo de Ministros, acudirán los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo, y Cándido Méndez, respectivamente, y el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.
El encuentro no está exento de polémica, ya que sindicatos y patronal rompieron relaciones tras la fallida negociación del denominado “diálogo social”, que no es nada más que un eufemismo para nombrar a la mesa en la que CEOE, UGT, y CCOO determinan el futuro de los trabajadores en España.
Ante este enfrentamiento, el presidente del Gobierno pide a los agentes sociales que “estén a la altura de las circunstancias” y que hagan "un gran esfuerzo colectivo para que la recuperación económica se produzca cuanto antes", sobre unas bases sólidas y un nuevo modelo productivo.
A este respecto, considera que la falta de entendimiento en torno a la reforma laboral que propone la CEOE y todos los organismos internacionales y nacionales (incluido el Banco de España) "no quiere decir que no se pueda hablar de otros temas". "Hay que hablar, y si se llega a acuerdos, mejor", dijo antes de confiar en que "el diálogo social sea factible" en el ámbito del nuevo modelo económico.
“Cinco principios fundamentales”
Según el Gobierno, la Ley se basará en "cinco elementos fundamentales”. Todos ellos carecen de concreción, conformando un compendio de objetivos demasiado etéreos para lograr el objetivo perseguido: modificar el modelo de crecimiento.
Así, en primer lugar, la norma tendrá en su base una serie de "principios de buena relación económica" para poder disponer de un marco "predecible" y "estable", y para que el modelo económico discurra en un contexto de menores cargas administrativas y mayor "transparencia". Además, Zapatero incluye en este punto nuevos principios de orientación de la reforma de los organismos reguladores.
A continuación, el presidente del Gobierno se refiere al apoyo al dinamismo de las empresas, desde su creación a la internacionalización de las compañías españolas, pasando por el impulso de los proyectos de colaboración público-privada.
En tercer lugar, Zapatero menciona una reforma de las estructuras educativas para una mayor vinculación al modelo productivo. En cuarto, precisó que se adoptarán incentivos fiscales, tanto estructurales como temporales, entre las que destacó aquellos encaminados a reforzar las actividades empresariales relacionadas con la I+D+i.
Otro “Plan E”
Como quinto y último pilar de la Ley de Economía Sostenible, Zapatero se refirió a los dos fondos ya anunciados de 20.000 millones de euros, para incentivar la actividad en el sector privado, y de 5.000 millones de euros, como extensión del Fondo de Inversión Local: el segundo “Plan E”.
Además del diálogo propuesto en torno a esta Ley, Zapatero también indica que igualmente importante de cara al nuevo modelo productivo será la apertura de un "diálogo político", empezando por el PP, para abordar una reforma de la educación y el 'mix' energético con el horizonte puesto en 2020.