(Libertad Digital) El pasado 16 de enero Barack Obama proclamó que teníamos que fijarnos en España como ejemplo de inversión en energías renovables. El entonces presidente electo de Estados Unidos tenía entre manos el ambicioso plan de reactivar la economía y la creación de empleo invirtiendo miles de millones de dólares en fuentes de energías renovables tal y como venía haciendo España en la última década.
Varios investigadoras de la Universidad Rey Juan Carlos que a su vez son miembros del Instituto Juan de Mariana y colaboradores de Libertad Digital –Gabriel Calzada, Raquel Merino y Juan Ramón Rallo– llevaban precisamente varios meses trabajando en un estudio de estas características. Y poco más de un mes después del discurso de Obama publicaron el informe que fue supervisado en sus aspectos técnicos por José Ignacio García Bielsa. Las conclusiones no resultaban muy esperanzadoras para Obama.
Analizando la experiencia española, se observaba que por cada empleo que había intentado crearse en el sector renovable se terminaban destruyendo en términos netos 2,2 empleos en el conjunto de la economía. Sin duda, Obama no había elegido el mejor ejemplo para justificar sus programas de gasto público; si, como decía, pretendía crear entre tres y cinco millones de “empleos verdes”, las consecuencias serían que probablemente terminara destruyendo entre seis y once millones de puestos de trabajo en la economía.
La importancia de los resultados resultó inmediata para muchos medios de comunicación. En España, Libertad Digital y el diario económico Expansión dieron cobertura a la noticia. Éste último también dedicó un duro editorial contra la inversión en energías renovables:
El estudio de la Universidad Rey Juan Carlos sobre los efectos que tiene en el empleo la ayuda pública a las renovables, del que hoy da cuenta EXPANSIÓN, avanza conclusiones inquietantes que al menos deberían inducir a la reflexión. Por cada nuevo puesto de trabajo “verde”, esto es, creado a partir de las renovables, se destruyen 2,2 empleos en el resto de la economía.
Algunos medios internacionales también dieron cuenta de los resultados del informe, habida cuenta de las enormes implicaciones que tenía para la economía estadounidense. El primero de ellos fue la agencia de noticias Bloomberg, a la que pronto se le unieron Rush Limbaugh, uno de los comunicadores conservadores más influyentes del país, Energy Tribune, la revista liberal Reason, e incluso el semanario inglés The Economist que señalaba lo siguiente:
El estudio dirigido por el profesor Calzada sugiere que el presidente Obama debería reconsiderar su entusiasmo por “la inversión audaz” española en energías renovables. Todos los estudios muestran que existen maneras mejores que otras para crear empleo o luchar contra el calentamiento global.
Todo ello al mismo tiempo que Gabriel Calzada concedía diversas entrevistas en la televisión y la radio de la BBC o en la televisión de Bloomberg.
Pero sin duda el mejor publicista con el que ha contado el estudio ha sido la propia Casa Blanca. En rueda de prensa del 14 de abril, el portavoz de Obama, Robert Gibbs, mantuvo la siguiente conversación con un periodista:
Periodista: Volviendo al discurso del presidente [Obama] de hoy, Gabriel [Calzada] Álvarez, un profesor español dice, tras elaborar un estudio, que en su país la creación “empleos verdes” tiene en realidad un coste mayor del beneficio que deja: 2,2 puestos de trabajo perdidos, según él, por cada puesto creado. Y ha emitido un informe en el que específicamente advierte al presidente [Obama] que no intente y siga el ejemplo español.
Gibbs: Parece bastante extraño que estuviésemos importando partes de turbinas de España para satisfacer la demanda de energía renovable aquí si ese fuese, incluso remotamente, el caso.
Periodista: ¿Está sugiriendo que el estudio es, sencillamente, erróneo?
Gibbs: No he leído el estudio, pero creo que sí.
Periodista: Bueno, entonces… (risas).
La respuesta de los autores del estudio ante tal indeterminación por parte de la Casa Blanca no se hizo esperar y rápidamente la remitieron a los medios internacionales:
Si para vender unas piezas a otro país hay que crear una burbuja en todo un sector y enterrar unos 770 mil dólares de subvenciones por empleado, quizá sea mejor no vendérselas porque esos recursos podrían haber producido piezas más valiosas y más del doble de empleos en el resto de la economía de la que se detrajeron esos recursos. El portavoz de la Casa Blanca debería leer los estudios académicos antes descartarlos sin conocimiento; sobre todo si el Gobierno de los EEUU piensa gastar billones de dólares del contribuyente norteamericano, a través de subvenciones, en experimentos inciertos que, en España, con una experiencia de más de 10 años en esta senda, han producido resultados sumamente decepcionantes, incluso desde el punto de vista de creación bruta de empleo.
Tras este reconocimiento de ignorancia de la Casa Blanca, las críticas mediáticas no se hicieron esperar y muchos otros medios recogieron las conclusiones del informe. Fox News, el New York Times, El Mundo y, sobre todo, el Wall Street Journal que publicó un editorial alineándose con las conclusiones del informe bajo el título El desempleo verde:
La política española demuestra que los sueños ecológicos del tipo de energías renovables sólo pueden lograrse a través de enormes transferencias de dinero desde los sectores productivos a aquellos que quieren enriquecerse rápidamente gracias al Gobierno. Y también que los pocos empleos que se crean dependen en buena medida de mantener niveles de expansión insostenibles. Incluso en el Washington de Obama, no se pueden imprimir suficientes billetes verdes para costear estos empleos verdes.
Mientras tanto, en España, país donde se han llevado a cabo estos desmanes y despilfarros energéticos que han llevado, según el estudio, a la pérdida de más de 100.000 empleos, el Ministerio de Industria ni sabe ni contesta.