Se estima que los recortes establecidos por el Gobierno afectarán a uno de cada cuatro españoles, es decir a más de 13 millones de personas: funcionarios, pensionistas, dependientes... Entre los que no se encuentran ni los trabajadores circenses ni comarcas mineras. Al menos, aquellos que puedan sacar tajada de la nueva hornada de subvenciones aprobada por el Gobierno.
Precisamente al día siguiente de los mayores recortes de la historia de la democracia, el BOE publicaba las ayudas concedidas a estos colectivos: 260 millones de euros en subvenciones. Desvelado por La Gaceta, en el propio Boletín Oficial del Estado pueden comprobarse los destinatarios de estas ayudas: los promotores de teatro y circo, inmigrantes, comunidades, municipios y empresas de las comarcas mineras.
Siete de esos jugosos millones los concede el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, para "la difusión del teatro y del circo y a la comunicación teatral y circense en 2010". Los otros 260 millones, a las comarcas mineras.
El sector del deporte es otro gran beneficiado de la generosidad de Zapatero. El Consejo Superior de Deportes, que depende del Gobierno, hizo llegar sus subvenciones también a través del BOE. En concreto, destinará casi medio millón de euros a la promoción y ayuda al deporte en los centros educativos.
Otros municipios podrán sacar tajada también: los que impulsen "programas innovadores a favor de la integración de inmigrantes". Para ellos, el BOE estima unas subvenciones que rondan los 3 millones de euros; aunque están sujetos a la disponibilidad presupuestaria.
Pero no acaba ahí. Si bien el miércoles Zapatero se escudaba en el excesivo número de funcionarios para justificar la congelación de su salario, además de la inmediata reducción del 5%... Ahora, aprueba más plazas de empleo público para continuar perpetuando el problema. Es decir, no sólo no frena su número, sino que incentiva la creación de más empleos públicos, tal y como ha hecho durante el resto de su legislatura.
Solo en la primera parte de 2009 desaoparecían más de 5.000 empleos privados cada día, mientras que el sector público creaba 120. El colapso continúa.