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"¿Década perdida? España puede enfrentarse a toda una generación perdida"

Miguel Ángel Alonso, profesor de Economía en la Universidad Rey Juan Carlos y experto en el estudio de crisis bancarias, analiza la extrema situación económica que vive España en una entrevista exclusiva con Libertad Digital. "Huimos a la desesperada de la quiebra".

Alonso es profesor titular en el Departamento de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos y un experto en materia de crisis bancarias. Su diagnóstico sobre la economía española muestra la gravísima situación a la que se enfrenta el país.

Algunas de las perlas durante la entrevista mantenida con LD no deja lugar a dudas: "España tiene un endeudamiento del 250% del PIB y eso no hay quién lo soporte"; "una caída de España sería como un Lehman Brothers nacional"; "estamos huyendo a la desesperada de lo que puede ser una suspensión de pagos en julio"; "el desafío que tiene ahora mismo nuestro sistema de cajas de ahorro es afrontar la privatización".

P: En las últimas semanas se han sucedido las noticias sobre la deuda española, tanto pública como privada. Se cuestiona la capacidad de España de hacer frente a sus obligaciones. ¿Cree usted que la situación es tan preocupante como parece o tenemos suficientes recursos para cumplir con los vencimientos?

R: Estamos viviendo un proceso de desapalancamiento del sector privado: se ha producido un crecimiento del ahorro de las familias por precaución, porque la tasa de paro ya está en el 20% y hay mucha gente que tiene miedo a perder su trabajo. Por lo tanto, ante la incertidumbre de lo que puede pasar en el futuro, la gente tiende a guardar el dinero.

Y, lejos de los que dicen nuestros gobernantes influidos por la mentalidad keynesiana, es una bendición que se esté produciendo este ahorro porque eso va a suponer que las familias puedan amortizar sus deudas sin necesidad de tener que endeudarse aún más.

Pero si a la deuda privada le sumamos la deuda pública, el nivel de endeudamiento del país asciende al 250% del PIB. Es evidente que eso no hay quien lo soporte, sobre todo, si nos mantenemos en una economía sin capacidad de crecimiento.

Por otro lado, con un paro del 20%, los mercados se plantean, no solamente que no seamos capaces de devolver nuestra deuda, sino si esta incapacidad va a ir creciendo más en el tiempo. Eso es lo que están valorando continuamente de forma negativa los mercados y eso es lo que está causando que nuestra prima de riesgo esté subiendo a niveles importantísimos.

P: Desde el punto de vista de la deuda pública, y viendo el encarecimiento de las últimas subastas del Tesoro y el aumento del diferencial, ¿está el Estado español en riesgo de caer en una situación de impago?

R: No, no es que eso vaya a provocar una quiebra. Lo que refleja esa situación es que cada vez los inversores están menos dispuestos a prestarnos dinero. Ahora, en julio, España tiene que refinanciar 25.000 millones de euros.

Si en los últimos días ha tenido gravísimos problemas para colocar 2.000 millones y lo ha tenido que hacer ofreciendo una tasa de interés especialmente importante, ¿qué puede ocurrir si nos vienen ahora 25.000 millones? Puede que los mercados no estén dispuestos a prestarnos semejante cantidad de dinero y entonces nos veremos obligados a pedir ayuda.

P: ¿Y a quién le vamos a pedir ayuda?

R: A la UE y al FMI, que es lo que ha hecho Grecia. Que estén dispuestos a concedernos la ayuda o no es otra cosa. Ahí tenemos otro elemento importante. Si no nos ayudan, España es demasiado grande para caer y arrastraría al euro, y eso no le gusta a EEUU. Por eso tenemos esas llamadas de Obama a Zapatero pidiéndole que haga reformas estructurales y que se deje de marear la perdiz.

España es la cuarta economía dentro de la zona euro y una caída de su economía sería el equivalente nacional a “Lehman Brothers”.

Esto podría desatar una crisis en la zona euro de la que la moneda única podría no salir, además de causar una nueva crisis financiera que volviese a introducirnos en una dinámica de crisis internacional que nos mantendría postrados otros tantos años. Eso es lo que EEUU, China y otros países valoran cuando sus presidentes llaman a Zapatero diciéndole que corrija su política económica.

P: Pero al final parece que siempre quedará Alemania para respaldar la deuda española, ¿confía en que eso siga siendo así?

R: España es demasiado grande para caer, pero también para ser rescatada. Lo que valoran los mercados financieros es que en caso de requerir un fondo de rescate, estamos hablando de un país que requiere mucho más dinero para salir que Grecia. Y los mercados ponen en duda que la UE esté dispuesta a poner todo ese dinero.

P: Otro problema del que se habla menos es de la cantidad de deuda pública en manos de los bancos. ¿Cree que esto puede dificultar aún más el saneamiento del sector financiero?

R: Tenemos gravísimos problemas para colocar la deuda en los mercados financieros y, ante esa dificultad, casi se está obligando a la banca privada a adquirir esos activos. Unos activos que cada vez son peor valorados. Por lo tanto, se está promoviendo que continúe ese proceso de contaminación de los balances de los bancos.

P:¿Cree adecuado que las autoridades rescaten a las entidades financieras en apuros, aún a riesgo de crear lo que se conoce como bancos “zombies” (entidades en situación de insolvencia crónica)?

R: En el caso de bancos que no tienen un peso importante en nuestro sistema financiero, para no caer en el problema de riesgo moral, es recomendable y bastante saludable dejarlos caer. De lo contrario lanzamos el mensaje de que siempre habrá un Papá Estado que nos salve de los desvaríos que podamos cometer.

Además, si no les exigimos responsabilidades acabamos contaminando nuestro sistema: la ganancia es mía, pero si no gano, socializamos las pérdidas y el coste del ajuste lo pagan los contribuyentes.

P: ¿Y las cajas? ¿Cómo quedará el mapa tras la reestructuración actual?

R: El desafío que tiene ahora mismo nuestro sistema de cajas de ahorro es afrontar la privatización. No tiene sentido mantener unas instituciones financieras que desempeñan una labor que difiere tan poco de la de los bancos. El grave error sería estimular fusiones en términos políticos y no económicos [que es justo lo que se está haciendo ahora].

P: En esta situación, ¿estamos ante una década perdida para España?

R: Definitivamente, sí. Yo tengo hijos pequeños y la pregunta que me hago es, ¿qué España vamos a dejar a nuestros descendientes? Podemos llegar a hablar de una generación perdida. Si no se adoptan las reformas adecuadas nuestros hijos van a tener que soportar la carga de lo que ahora estamos forjando.

Lo único positivo de la situación actual es que quizás se adopten esas reformas, a la desesperada, porque a en julio tenemos que pasar la reválida de la refinanciación de la deuda.

P: Y respecto a las medidas del Gobierno, ¿son acertadas o había otras formas de recortar el déficit sin tocar las pensiones o los sueldos de los funcionarios?

R: Las medidas de contención del gasto publico por la vía de la reducción del salario a los funcionarios son medidas urgentes, improvisadas, que no son fruto de una minima reflexión, que no son el resultado de un plan decidido, razonado, de un plan maduro, lo que falta es un plan maduro.

Lo que le han dicho los mercados financieros a Zapatero es “o recortas ya o en julio te pasamos la minuta”. Estamos huyendo a la desesperada de lo que puede ser una suspensión de pagos en julio. En pleno mes de mayo no hay tiempo para decir “vamos a un presupuesto base cero (analizando partida a partida)”. Lo más fácil es bajar el sueldo a los funcionarios.

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