El ministro defiende el el diario ABC la reforma, criticada por todos, diciendo que “es la que el Gobierno entiende que hay que hacer”, y que introduce “medidas estructurales que coexisten con medidas de coyuntura”. El ministro trata de atajar críticas y asegura que la reforma, dice, “no es para crear empleo”, sino que “en todo caso, evita que se destruya”.
“Si me pregunta ¿qué es lo que podría contribuir ahora de una forma más rápida a la generación de empleo? Diría que son los créditos”, se justifica en ABC.
Respecto a la huelga general que los sindicatos tienen prevista para septiembre tras fracasar en la negociación colectiva, Corbacho considera que “están en su derecho para convocarla, aunque no la comparto. No hace falta convocar una huelga general para expresar el desacuerdo con la reforma laboral”.
Y es que el ministro considera que es necesario aclarar que la reforma no hay que realizarla por una necesidad económica de las pensiones o la Seguridad Social, sino porque “estamos ante un cambio demográfico y porque la sociedad de aquí a 20 años será diferente a la de hoy”, por lo que “si no hacemos reformas llegará un día en el que habrá un verdadero problema”, publica ABC.
También a colación de la sostenibilidad del sistema, el diario pregunta a Celestino Corbacho por las recientes advertencias de Miguel Boyer, que advirtió que el diseño actual de las prestaciones por desempleo es insostenible. Corbacho vuelve a echar balones fuera y dice que es arriesgado abrir un nuevo debate “cuando no hemos salido de la crisis. Otra cosa es cuando salgamos de la crisis”. Dice considerar las prestaciones como “un puente de transición hacia el empleo”, y que sería bueno “relacionar las políticas activas con las pasivas”. “Hoy el sistema de desempleo es una red de protección social que está evitando que el desempleo se convierta en una explosión social en la calle”, reconoce.