LD (Lorenzo Ramírez) La estanflación, por lo tanto, aúna dos situaciones muy negativas para los consumidores: por un lado la recesión económica y, por otro, la inflación, en la que se combinan el alza de los precios, el crecimiento del desempleo y el estancamiento económico. Esta mezcla produce unos efectos no deseados para el consumidor, que ve peligrar seriamente su economía doméstica.
En este sentido, el Instituto de Estudios Económicos (IEE) afirma que la estanflación "es ya una realidad en España" porque el crecimiento del segundo trimestre del año ha sido "cero", tesis que comparten BBVA y Caja Madrid.
Más allá de lo que marcan los datos macroeconómicos, es importante saber cómo afectará la situación al consumidor en su día a día, o qué actividades de la economía doméstica saldrán más perjudicadas por esta espiral que combina el estancamiento con la inflación.
En principio, supondrá una bajada de la riqueza familiar ya que los diferentes núcleos familiares estarán sumergidos en un entorno recesivo que afectará al consumo, empleo, creación de empresas, morosidad, etc; mientras que, por otro lado, cada unidad familiar tendrá que pagar más por las compras realizadas.
¿Qué efectos tiene para las familias?
Entre los efectos directos e indirectos sobre la economía del consumidor, un estudio de la revista Consumer, recuerda que no sólo se deben mencionar los derivados de las subidas de los carburantes, por ejemplo, sino otros muchos que inciden también en su día a día, como el pago de la hipoteca, la planificación de las vacaciones o la rentabilidad que ofrecen en estos momentos los productos financieros.
1. Descenso en la renta variable: Normalmente, las bolsas anticipan la situación económica por la que va atravesar un país, provocando en función del signo de su evolución, caídas o subidas generalizadas en la renta variable, en todos los valores y sectores.
De forma que si la renta variable está descontando una situación estanflacionaria no es de extrañar que la española esté cotizando en mínimos desde hace dos años, tras haber perforado la barrera de los 12.000 puntos, y haberse dejado en torno al 25 por ciento desde comienzos de año. Ello supone para quienes tengan inversiones en Bolsa que su cartera de valores vale ahora un 25 por ciento menos que hace seis meses.
2. Rentabilidad por debajo de la inflación: El hecho de que la inflación se haya situado en el 5 por ciento en junio ha supuesto que la rentabilidad que ofrecen muchos productos financieros esté por debajo de este umbral. Los depósitos, uno de los más demandados, pueden ofrecer una rentabilidad a un mes de entre el 4 y el 5 por ciento, mientras que la rentabilidad de las últimas subastas del Tesoro está en las mismas o parecidas coordenadas que la oferta depositaria.
Así ocurre con las letras a seis meses (3,921 por ciento), las letras a 12 meses (4,637 por ciento), las letras a 18 meses (3,9 por ciento), los bonos a tres años (3,979 por ciento), los bonos a cinco años (4,067 por ciento), las obligaciones a 10 años (4,827 por ciento), y las obligaciones a 30 años (4,917 por ciento).Muchos productos financieros ofrecen una rentabilidad inferior a la inflación de mes de junio, que es del 5 por ciento.
3. Aumento de las facturas domésticas: A las consabidas subidas que tuvieron lugar a comienzos del año en las facturas energéticas, hay que añadir la nueva subida de la luz derivada de la orden ministerial 1857/2008 que revisa las tarifas eléctricas vigentes desde el pasado 1 de enero. Según el Gobierno, el recibo se encarece una media del 5,6 por ciento, un aumento que se añade al del pasado mes de enero, cuando se incrementó la tarifa un 3,3 por ciento de media.
4. Encarecimiento del petróleo: El precio del barril sigue su imparable escalada, y ha superado por primera vez en la historia los 140 dólares. Lejos de ser dar previsiones optimistas, desde la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) ven probable que el crudo cotice este verano entre los 150 y los 170 dólares y algunos analistas hablan ya del barril a 200 dólares.
5. Sube la cuota hipotecaria: Las hipotecas suscritas hace un año subirán cerca de 900 euros anuales, según la cifra alcanzada por el Euribor, el principal indicador para realizar el cálculo de hipotecas. Esto supone unos 75 euros mensuales más para una hipoteca media de 150.000 euros contratada en junio del año pasado, con un plazo de amortización de 25 años. El Euribor a un año cerró el mes de junio en el 5,361 por ciento y marcó así un máximo histórico mensual.
6. Aumento del paro: Esta situación también puede tener un efecto negativo sobre el empleo porque se puede entrar en lo que se denomina, "espiral salarios-precios" (suben los precios - se pide aumento de salario - aumentan los costes - suben los precios) y esto supondría, por un lado, un aumento de la inflación y, por otro, un aumento de paro debido al incremento de costes de producción y la disminución de la competitividad internacional.
El año que viene, España se convertirá en el país de la OCDE con la mayor tasa de paro, el 10,7 por ciento, lejos del 6 por ciento de media de los 30 países miembros, según las previsiones del informe anual de Perspectivas del Empleo que elabora el organismo internacional.
7. Menor demanda de vivienda: el total de compraventas de viviendas registradas en 2007 alcanzó las 788.518 unidades, lo que representa un descenso del 14% respecto al año anterior, según la estadística que elabora el Colegio de Registradores de la Propiedad. La mayor reducción se produjo en la vivienda usada, con un descenso del 15 por ciento de las compraventas, frente a la bajada del 12,4% en el caso de la vivienda nueva.
Según el informe de la sociedad de valoración de activos inmobiliarios Tinsa, se contempla "una considerable desaceleración de la actividad productiva constructora". La organización estima que la bajada a final de año podría superar el 2,5 por ciento. Según el Colegio Oficial de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) el precio de los pisos cae un 30 por ciento desde mediados de 2007.
8. Viajar es más caro: Tampoco se puede descartar -y es lo más previsible- que los productos turísticos eleven sus precios como consecuencia del encarecimiento energético. Por un lado, se prevén subidas en las tarifas aéreas tanto para vuelos nacionales como internacionales. Este aumento de precio, además, tendrá su repercusión en la venta de billetes y paquetes turísticos por parte de los touroperadores, que obviamente se encarecerán.
Todo ello se traduce en la pérdida de poder adquisitivo. La perspectiva de que la inflación real supere finalmente a la prevista por el Gobierno ha hecho crecer la práctica de incorporar cláusulas de revisión salarial a los convenios colectivos.
Por otro lado, y también desde el punto de vista laboral, el incremento de la inflación afectará a los trabajadores españoles en el momento de concretarse la revisión salarial, de forma que muchos perderán poder adquisitivo, ya que si bien estas subidas de los sueldos pueden establecerse en torno al 2-4 por ciento, estarán por debajo del último dato que sitúa la tasa de inflación en el 5 por ciento. Se mire como se mire toca ajustarse el cinturón.