Los planes hegemónicos de Hugo Chávez siguen su curso. Sus proyecto de nacionalización del sistema financiero comenzaron por el Banco Venezolano, filial del Santander, el pasado marzo. Entonces, el mandatario ya confesó que su interés estaba en hacerse con las "bolas de billetes" de los bancos privados.
Y está cumpliendo sus promesas. Esta semana, cuatro entidades más han sido intervenidas y no serán las últimas: "A todos los banqueros privados de este país: el que se resbale pierde. Le voy a quitar el banco del tamaño que sea, no me importa nada", les advirtió reveladoramente Chávez, tras aprobar la medida, recogida en la Gaceta Oficial.
Tal y como desvelaba la Agencia Nova, la intervención bancaria ha provocado imágenes dramáticas en las calles de Venezuela, donde decenas de personas esperan durante horas para recuperar los ahorros que tenían en alguno de los cuatro entidades nacionalizadas: Banco Canarias, Banco Bolívar, Banco Pro Vivienda y el Banco Confederado, todos del mismo grupo empresarial.
Los motivos alegados por el Gobierno chavista son reveladores. Según dijo Edgar Hernández, superintendente de Bancos, la nacionalización se justifica porque habían incurrido en "incumplimientos de medidas administrativas" e "incumplimientos de índice de solvencia patrimonial".
Nadie en Venezuela da crédito a estos vagos motivos. Es vox populi que el propietario de las entidades, Ricardo Fernández, es un afecto chavista, poseedor de una de las mayores fortunas de Venezuela. Por eso las argumentaciones no tienen ningún crédito, y se evidencia que los motivos de la nacionalización han sido meramente políticos.
Adiós a los ahorros
Nada les garantiza a los empleados de las más de 250 sucursales, ni a los clientes que depositaron allí sus ahorros, recuperar un mísero bolívar de su dinero. El Gobierno venezolano, en principio apuntó que el Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade) devolvería un máximo de 3.082 euros, a través del Banco Estatal.
Aquél que tuviera ahorrados más de 3.000 euros en su cuenta puede despedirse definitivamente de su dinero. La única información que les han proporcionado es que "deben esperar la recuperación de los activos de las instituciones", según el presidente del Consejo Bancario Nacional, Víctor Gill.
Pero, además del drama humano, la intervención chavista sobre el sistema bancario ha provocado un auténtico terremoto financiero. El Wall Street Journal ha informado del derrumbe de la divisa local y el encarecimiento de la deuda pública, así como la desconfianza de los inversionistas internacionales por la solvencia de los bancos pequeños. El bolívar se ha desplomado un 9% hasta 6,30 bolívares por dólar, el nivel más bajo desde el 9 de septiembre.
El experto norteamericano Mark Dow de Pharo Management ha cofirmado a WSJ que los inversores están vendiedo deuda venezolana para evitar más pérdidas tras la crisis de Dubai, conscientes de que el sistema bancario de Venezuela "va a explotar". "Sólo es cuestión de tiempo", confirma Dow.
Si Chávez logra nacionalizar también el sector financiero, liquidando los bancos que aún escapan a su control, prácticamente ningún sector de Venezuela escapará a su dominio totalitario. Hasta el momento, el sector petrolero, el minero, el industrial, el telefónico, y el alimentario están en manos del artífice del socialismo del siglo XXI.