LD (M. Llamas) El Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC, en inglés) advertía el pasado mes de agosto que los bancos de EEUU en riesgo de quiebra aumentaron un 30% interanual en el primer trimestre de 2008, hasta situarse en 117 entidades. Desde entonces, se ha disparado el número de entidades que se han visto obligadas a declararse en suspensión de pagos.
En concreto, desde el estallido de la crisis subprime en el verano de 2007 han caído 40 bancos, según los datos oficiales de la entidad. Sin embargo, el proceso se acelera. Más de la mitad de dichas quiebras financieras (25) se ha materializado desde el pasado octubre. De hecho, tan sólo en lo que va de año han caído 13 bancos.
Tal y como muestra el siguiente gráfico, tras la calma vivida al calor de la burbuja del crédito ha llegado la tormenta de las insolvencias financieras:
Y con ella, una creciente volatilidad bursátil:
Sin embargo, se trata tan sólo del inicio. Y es que, dicha agencia federal advertía asimismo de que la citada lista negra seguiría “empeorando” con el paso del tiempo. Dicho y hecho. Según los datos internos del FDIC, en la actualidad, cerca de 500 bancos de EEUU están en riesgo de quiebra debido a su frágil y delicada situación financiera, tal y como recoge Lew Rockwell, presidente del Ludwig von Mises Institute. Una cifra sustancial si se tiene en cuenta que dicha entidad garantiza los depósitos que mantienen los estadounidenses en más de 8.300 entidades financieras a lo largo del país.
La lista de bancos insolventes sigue en aumento. Así, según los datos internos del FDIC, en base al Texas Ratio, cientos de entidades estarían al borde de la quiebra. Dicho indicador sirve para reflejar los problemas crediticios existentes en cualquier tipo de entidad bancaria. Básicamente, a mayor ratio menor solvencia financiera. De este modo, los bancos con un ratio igual o mayor a 100 se encuentran en un grave riesgo de quiebra, al tiempo que una tasa igual o superior a 50 indica que es "vulnerable".
El FDIC carece de fondos
Llegados a este punto, los analistas consultados por LD comienzan a temer por la capacidad misma del FDIC para poder garantizar los depósitos de las entidades con problemas. La cuestión es que dicho fondo federal apenas cuenta con algo más de 50.000 millones de dólares para hacer frente a este tipo de contingencias y devolver así el dinero depositado por los clientes en las entidades quebradas.
En septiembre de 2008, los depósitos en bancos de EEUU ascendía a poco menos de 8,8 billones de dólares. Normalmente, el FDIC apenas tiene que hacer frente a 3 ó 4 quiebras al año con sus fondos propios. Sin embargo, 2008 ha sido una año excepcional. El pasado año, el Fondo ha tenido que desembolsar cerca de 35.000 millones de dólares para cubrir depósitos, con lo que apenas le restan unos 20.000 millones de euros para afrontar nuevas quiebras.
El problema es que 2009 amenaza con superar ampliamente el número de quiebras bancarias registradas hasta el momento. No obstante, el propio FDIC reconoce, al menos, 117 entidades que están en serias dificultades, cuyo volumen de depósitos ascendería a 76.000 millones de dólares.
De este modo, hoy por hoy, el FDIC apenas cuenta con 20.000 millones para cubrir depósitos por valor de 76.000 millones que están en los balances de entidades al borde del colapso. Y eso, sin contar, los otros cientos de bancos en riesgo, según el Texas Ratio y los propios datos que manejan las autoridades financieras de EEUU. Además, tales dificultades serían mucho mayores si es algún gran banco el que finalmente entra en suspensión de pagos, tal y como aconteció con Lehman Brothers. Posibilidad que no se descarta.
Evolución de quiebras
Desde que se fundó el FDIC, el mayor proceso de quiebra tuvo lugar a finales de los años 80. En concreto, un total de 534 entidades cayeron en 1989. Mientras, 18 entidades fueron cerradas por la agencia federal en 1992. En 2009 ya se han producido 13 quiebras bancarias.
Sin embargo, el volumen de activos y depósitos (en dólares corrientes, ajustada la inflación) que acumulaban las entidades quebradas en 2008 ha marcado un nuevo récord, superando las cifras de las bancarrotas registradas en 1989. La diferencia radica en la quiebra de WaMu, entidad que acumulaba la mayoría de los depósitos y activos quebrados el pasado año.
En este sentido, cabe recordar que WaMU fue intervenido por el FDIC y vendido a JPMorgan Chase sin coste alguno para la agencia federal. Es decir, no tuvo que desembolsar ni un dólar. Las dudas surgen ahora en torno a la capacidad del FDIC para hacer frente a una nueva oleada de bancarrotas en EEUU.