LD (Agencias) Según informaron fuentes diplomáticas, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó sus ocho minutos de intervención ante la cumbre para proponer políticas fiscales coordinadas globalmente para reactivar la economía y reclamó una nueva regulación de los sistemas financieros, con mayor control y transparencia.
También pidió en Washington que los países reunidos en la cumbre del G-20 se comprometan a establecer en el plazo de un año una nueva regulación del sistema financiero mundial, y que garanticen que las medidas que se adopten para superar la crisis se hagan de forma coordinada.
Además, durante su intervención en la primera sesión plenaria en el National Building Museum de Washington, lanzó una recomendación a las empresas para que se regule una nueva política corporativa que permita evitar los salarios astronómicos y los beneficios injustificados, según informaron fuentes gubernamentales españolas.
Así, Zapatero ha apostado por una acción coordinada de todos los estados para impulsar con plena determinación la reactivación de la economía mediante instrumentos de políticas fiscales que permitan poner fin a la crisis cuanto antes, y para ello ha lanzado una propuesta concreta, que las sucesivas presidencias del G-20 asuman la misión de velar por esa coordinación entre los estados.
El presidente también ha insistido en la necesidad de que se establezca una nueva regulación del sistema financiero y de las instituciones de la gobernanza global con más mecanismos de control para lograr una mayor transparencia y certidumbre, y para ello ha pedido a los países que se comprometan en el plazo de un año a completar una nueva regulación del sistema financiero mundial.
La pobreza en el mundo y el papel de los Estados
Zapatero también ha asegurado ante los líderes presentes en la sala que la resolución de esta crisis financiera no debe minar el compromiso de los estados con otra crisis mayor e intolerable, la desigualdad y la pobreza en el mundo, por lo que se no se pueden escatimar esfuerzos en la lucha por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En la intervención, después del presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha vuelto a insistir en que el papel y la responsabilidad de los estados consiste ahora en reactivar la economía y poner orden en los mercados financieros, pero no en sustituirlos o en coartar la libertad económica, aunque los gobernantes no deben olvidarse de garantizar la convivencia y la cohesión social.
En el descanso Zapatero ha podido conversar con varios de los líderes, como el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, el indio Manmohan Singh, el turco Recep Tayyip Erdogan, el mexicano Felipe Calderón, la canciller alemana, Angel Merkel, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, el francés, Nicolas Sarkozy, el británico, Gordon Brown, y el italiano, Silvio Berlusconi.
¿Una silla para España?
Una de las incógnitas era saber si tras la cruzada de Zapatero para lograr su silla y el cheque en blanco a Sarkozy, España iba a seguir participando en las cumbres sucesivas para aportar soluciones a la crisis. Por el momento, Brasil, que ejerce la presidencia del G-20, ha dejado la puerta abierta a la participación futura de la delegación europea en una nueva reunión, previsiblemente en abril, y en la integración en el grupo.
"España es bienvenida" al siguiente encuentro, dijo a la prensa el canciller brasileño, Celso Amorim, aunque aclaró que quien hará las invitaciones será el Reino Unido, que presidirá el G-20 el próximo año. "Puede ser que desde ahora hasta la reunión en Reino Unido, el G20 se convierta en un G22", añadió el canciller en alusión a la posible entrada de España.
Amorim dijo que el comunicado final de la cumbre pedirá un nuevo encuentro de jefes de estado antes del 30 de abril, para dejar tiempo para la confirmación en el Senado del gabinete del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama. No obstante, Amorim señaló que la reunión "podría realizarse antes, porque la crisis no espera".
El riesgo del proteccionismo
Antes del comienzo de la sesión plenaria y la foto de familia, con el presidente español detrás de Bush y al lado de Merkel, llegaban las últimas palabras de George W. Bush antes de incorporarse a la reunión. El presidente de EEUU expresó su agradecimiento a los asistentes a la cumbre del G-20 por su compromiso con el sistema económico actual de libre mercado, pero advirtió de que será necesario realizar esfuerzos adicionales para salvar la actual crisis económica, e instó a evitar cualquier actitud favorable al proteccionismo económico.
"Me complace ver que los líderes han reafirmado los principios detrás del aperturismo de mercados y del libre comercio", declaró Bush al inicio de la jornada. "La crisis no ha terminado, y a pesar de que se están realizando progresos aún queda mucho trabajo por hacer", añadió.
No obstante, Bush volvió a hacer hincapié en que el libre mercado es el camino más seguro para el crecimiento económico sostenido, advirtiendo de que "uno de los peligros que aparecen en períodos de crisis como éste" es que "algunas personas puedan comenzar a poner en marcha políticas proteccionistas".
Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, abogó por la puesta en marcha "inmediata" de cualquier decisión que se alcance en la cumbre del G-20 que se celebra en Washington y que será escenario, según sus palabras, de "duras negociaciones" que deberán acercar las posturas "muy distanciadas" de los países asistentes.
También Brown pidió una "limpieza total" de los sistemas bancarios internacionales, y que todas las medidas que se acuerden en la cumbre "se pongan en marcha de forma inmediata", en declaraciones recogidas por la cadena británica BBC.