(Libertad Digital) Aunque el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero considere que “va a luchar para ganar” a las previsiones de la Comisión Europea porque “siempre se equivocan”, las cifras aportadas hoy por Bruselas dan escalofrios: la CE prevé una caída del Producto Interior Bruto (PIB) español del 0,1 por ciento en el segundo trimestre y del 0,3 por ciento en el cuarto.
Es decir, que, según la definición de recesión (dos trimestres consecutivos de caída de la actividad) ya se puede utilizar oficialmente este término.
Por su parte, la Eurozona en su conjunto evitará la recesión en el conjunto del año pese a la fuerte desaceleración del segundo semestre. La Comisión Europea calcula un crecimiento del 1,3 por ciento en 2008, cuatro décimas menos que su anterior previsión.
La actividad en el área descendió el 0,2 por ciento en el segundo trimestre en relación a los tres meses anteriores, pero Bruselas prevé que en el tercer trimestre el PIB no varíe y que suba el 0,1 por ciento en el último.
Más subidas de precios
Además, la Comisión Europea ha revisado al alza la previsión de inflación hasta situarla en el 3,6 por ciento para la zona euro, 0,5 puntos más, y en el 3,8 por ciento para toda la Unión Europea dos décimas más. Pero Zapatero quiere plantarle cara a la CE y vaticina una inflación del 4 por ciento para España en 2008, medio punto menos de lo estimado por Bruselas, siete décimas más que lo vaticinado en abril y cinco por encima de los últimos pronósticos del Gobierno.
Y los tipos de interés no darán oxigeno a la economía española, ya que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, sigue firme en su discurso sobre la lucha contra la inflación. Los últimos acontecimientos económicos y financieros, como el rescate de Freddie Mac y Fannie Mae en Estados Unidos, las malas perspectivas económicas para los países de la zona euro o la relajación temporal del precio del crudo, no son suficientes para que la autoridad monetaria se decida a dar un giro en su política de tipos de interés.
Trichet, en una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara alerta de que prevalecen los riesgos "a la baja" para el crecimiento por la posibilidad de que haya más incrementos del precio del petróleo y de los alimentos y de que el impacto de las turbulencias financieras sea mayor del previsto. De hecho, Trichet asegura que las turbulencias no han quedado atrás sino que "es un proceso que continúa", por lo que resulta necesario "continuar alerta".
"No hay margen para la complacencia", recalca Trichet. En este sentido, el presidente del BCE vuelve a reiterar que hará todo lo necesario para mantener ancladas las expectativas de inflación.
Preocupación por un posible repunte del crudo
El BCE se muestra preocupado porque el fuerte incremento registrado por el crudo en los últimos meses pueda llevar a las compañías a elevar los precios y a los trabajadores a pedir aumentos de los salarios ante el aumento del coste de la vida, lo que podría provocar efectos “de segunda ronda” sobre salarios y precios que generen una "espiral inflacionista". Por ello, lanza un nuevo llamamiento a los agentes sociales para que mantengan la moderación salarial.
Por otra parte, Trichet señala que el actual nivel de los tipos de interés, del 4,25 por ciento, contribuirá a alcanzar el objetivo de estabilidad de precios, lo que sugiere que no habrá una bajada del precio del dinero a corto plazo pese al crecimiento negativo registrado en la eurozona durante el segundo trimestre.
"El Consejo de Gobierno (del BCE) conserva su determinación de mantener las expectativas de inflación a medio y largo plazo firmemente ancladas en línea con la estabilidad de precios", destaca Trichet.