Después de que en la habitual reunión de los martes en Downing Street el Gabinete de Gordon Brown diese luz verde a un conjunto de actuaciones reclamado reiteradamente por los productores, el secretario de Negocios, Peter Mandelson, detalló en la Cámara de los Lores el destino de un plan que, subrayó, no constituye un "rescate" o un "cheque en blanco". "Debemos tener en cuenta que éste es el sector que más ha sufrido por la crisis, más que cualquier otro desde verano", recordó.
Así, ante datos que revelan que la producción cayó el pasado diciembre hasta un 47,5% respecto al mismo mes del año anterior y el total de ventas hasta 12 puntos en el conjunto de 2008, el Gobierno ha "reconocido que hay que hacer más" y ha habilitado un paquete económico que incluye el desbloqueo de hasta 1.300 millones de libras en préstamos procedentes del Banco Europeo de Inversiones para fabricantes de automóviles y grandes proveedores.
Además, el Gobierno garantiza otros 1.000 millones de libras adicionales para activos de "especial valor" cuya concesión será "pormenorizadamente evaluada" por el departamento de Negocios para asegurar que permiten "reinventar" la industria hacia una nueva concepción que, basada en las nuevas tecnologías, dé como resultado un sector más ecológico en un "futuro bajo en emisiones" de dióxido de carbono.
Negociación en Downing Street
La partida final fue el resultado de una prolongada negociación entre el Ministerio del Tesoro y el departamento de Negocios, debido a las reticencias de los responsables de las arcas públicas a desembolsar más dinero ante el elevado nivel de endeudamiento alcanzado por los planes de rescate bancario y los precedentes que esta decisión podría generar en otros ámbitos estratégicos de la economía.
Sin embargo, en su intervención de este martes, Mandelson recordó el carácter "vital" que la automoción representa en Reino Unido, con en torno a un millón de empleados entre fabricantes y auxiliares y unos valores generados de unos 10.000 millones de libras. "Se encuentra en la línea de frente de la crisis, ha caído más rápido y más profundamente más que cualquier otro sector desde verano, tenemos que tenerlo en cuenta", incidió sobre un sector "vital para la fuerza de la industria británica y la propia supervivencia de muchas economías regionales" que dependen directamente de él.
Al respecto, pese a que algunas de las decisiones adoptadas por el Gobierno, como la reducción del IVA en 2,5 puntos, hasta el mínimo del 15% admitido en la Unión Europea, han dado resultados, advirtió de que "es necesario hacer más" con actuaciones como las anunciadas hoy, que "proveerán un impulso específico a la industria, con ayuda real y dando los pasos para su reinvención hacia un futuro bajo en emisiones".
Pide a cambio proyectos ecológicos
No obstante, insistió en que no se trata de "un cheque en blanco", sino de la puesta en práctica de un proyecto que supondrá la puesta en valor del dinero público, la recuperación económica a partir de una concepción ecológica y una "innovación significativa a largo plazo que provea de empleo y capacitación". Un objetivo que se verá complementado con partidas adicionales para la formación de los empleados, que pasarán de los 65 millones actuales a 100 si existe la demanda.
Al respecto, advirtió a la industria de que en este "nuevo mundo" debe ser "más limpia y ecológica", un "imperativo ambiental" que prevé trasladar mañana mismo a sus representantes en una reunión convocada para detallar los planes para un sector que, subrayó, "no es un caso perdido". "No puede ser dejado aparte de este futuro, hay que ayudar a que sea más equilibrado, es una oportunidad para todos, pero necesita inversiones", concluyó.