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Anthony Deden: "La siguiente generación vivirá peor que sus padres"

La incertidumbre sobre el dólar, el euro y otras monedas ha disparado la demanda de oro. ¿Podría ser el metal la solución a la crisis? Según varios economistas e inversores, desde que el dinero se desvinculó del oro sufrimos una crisis permanente no sólo en la economía sino también en la libertad y la moral.

"Primero fue el mercado inmobiliario, luego el sistema financiero. Después Grecia, Irlanda, el próximo mes será España, Bélgica o el Reino Unido, y luego quizá China o Estados Unidos. Esto no ha terminado, ni va a terminar porque no se trata de una crisis económica, sino moral", asegura el presidente de Sage Capital Zürich, Anthony Deden, uno de los inversores más exitosos del mundo.

 

Durante su intervención en el foro sobre metales preciosos Gold & Silver Meeting 2010, celebrado la semana pasada en Madrid, Deden interpretó las recientes quiebras de bancos y gobiernos como la consecuencia inevitable "del experimento de cuarenta años con dinero artificial".

 

Desde que en 1971 se cortó el último vínculo que unía al oro y al dinero, cuando Nixon decretó el fin de la convertibilidad del dólar, los gobiernos y bancos centrales no necesitan el respaldo de un bien tangible para emitir sus monedas. Como dice Ben Bernanke, "el Gobierno de Estados Unidos puede imprimir todos los dólares que desee sin ningún coste", con un simple click. Según Deden, la creación durante decenios de este dinero "fraudulento", sin base real, ha socavado los principios del sistema económico.

 

"El dinero fraudulento aumenta los precios de los activos, lo que da a la gente la impresión de que existe riqueza donde no la hay. Castiga a quienes son prudentes y recompensa las aventuras financieras de los imprudentes; destruye los ahorros e incentiva el endeudamiento masivo; distorsiona el cálculo económico y promueve el error, la ignorancia y la irresponsabilidad. El dinero deshonesto destruye la misma esencia de la sociedad".

 

Deden cree que el auge del oro, cuyo precio casi se ha duplicado en los últimos dos años, se debe precisamente a una reacción frente al fraude: "El oro y la plata son símbolos de la independencia y la honestidad, representan la huida de la falsedad".



Aunque se niega a hacer predicciones sobre la cotización de estos metales -"¿cómo saber cuál es el precio de algo cuando lo medimos mediante otra cosa cuya cantidad está deliberadamente distorsionada?"-, la posición de Deden habla por sí sola: el oro y la plata ocupan el 60% de su cartera de valores, una posición coherente con sus expectativas sobre la economía mundial.

 

"La historia enseña que el dinero deshonesto lleva a la tiranía y a la hiperinflación. Eso es, precisamente, lo que nos espera. Imprimir dinero puede servir para ganar tiempo, pero no crea riqueza, todo el sistema de crédito y de deuda se va a venir abajo. Por primera vez en muchos siglos la siguiente generación no podrá mantener el nivel de vida de sus padres".

 

El abandono del oro fue "planificado"

 

En el mismo foro María Blanco, profesora de la Universidad San Pablo C.E.U. y especialista en historia del pensamiento económico, explicó la separación del oro y el dinero como un acto histórico de los gobiernos contra la libertad: "Todas las culturas adoptaron el oro como medio de intercambio en un proceso espontáneo porque es el activo más estable. Su abandono fue planificado por un grupo de líderes mundiales, con consecuencias nefastas. Tanto en el pasado como en el presente los gobiernos han aprovechado la ausencia de límites a la creación de dinero para multiplicar el gasto y la deuda de forma irresponsable".

 

Como recordó Blanco, nuestra época no es excepcional en ese sentido: "El tirano de Siracusa obligó bajo pena de muerte a retirar todas las monedas de oro para reacuñarlas y cambiarles el valor". También Roosevelt confiscó el oro de los estadounidenses a golpe de decreto en 1933. "Tiranos ha habido en todos los momentos de la historia. Lo que me parece grave hoy es la etiqueta: vivimos en una tiranía monetaria, pero no se puede decir porque los representantes son elegidos democráticamente y eso, supuestamente, les legitima para hacer cosas que no son legítimas", añadió.

 

María Blanco apostó por la libertad monetaria: "Que los ciudadanos elijan qué moneda usar, que se eliminen las restricciones y cada uno decida su medio de pago con libertad y responsabilidad . Si el dinero respaldado por oro es el mejor será el más utilizado, y si no lo es será otro. Sucederá de forma espontánea. Este sistema ya se puso en práctica en el pasado en EEUU e Inglaterra, con muy buenos resultados".

 

"Las monedas fiat no van a sobrevivir"

 

¿Pero llegaremos a ver el oro de nuevo utilizado como medio de intercambio? Según James Turk, fundador de GoldMoney, este retorno es inevitable: "Las monedas fiat no van a sobrevivir. Nunca lo han hecho, porque se imprimen en exceso y la gente pierde la fe en ellas. Eso es lo que está ocurriendo ahora. A medida que aumente la desconfianza en las monedas, el oro se utilizará cada vez más como dinero".

 

Al contrario que las monedas de los gobiernos, el oro no se puede producir de forma masiva ni repentina y por ello ofrece estabilidad. ¿Cómo se puede comprobar esto? Mediante la relación que guarda con otros bienes tangibles: un gramo de oro compra hoy la misma cantidad de petróleo que en 1971. Sin embargo, para comprar la cantidad de petróleo que compraba entonces un dólar hoy son necesarios casi tres mil.

 

 

Turk recordó los problemas de la economía estadounidense que amenazan al dólar: "La diferencia entre los ingresos y los gastos del Gobierno nunca ha sido tan grande, la deuda está disparada y la Reserva Federal pretende solucionar la crisis mediante la impresión masiva de dinero".

 

 

Si se hunde la actual moneda de referencia, ¿qué alternativas hay? La europea parece descartada: "En los años 70 cuando había problemas con el dólar estaba el marco alemán, pero éste ha sido sustituido por el euro, controlado por el Banco Central Europeo, que está al servicio de intereses políticos".

 

Otros países emergentes tampoco ofrecen garantías: "En Rusia y China no existe una tradición de respeto a los derechos de propiedad. El oro, sin embargo, no necesita el respaldo de ningún gobierno, es dinero por un proceso de libre mercado porque la gente lo quiere así. Por eso siempre ha supuesto un freno al totalitarismo. El oro está unido indisolublemente a la libertad humana, es el único medio con el que los individuos pueden poner límites a la manipulación del dinero y al gasto de los gobiernos", concluyó.

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