LD (Lorenzo Ramírez) La Comisión Europea ha vuelto a negar las estimaciones del Gobierno español en lo referente a la salida de la crisis económica. Pero aunque sus proyecciones son más pesimistas que las del Palacio de la Moncloa se siguen quedando cortas según los últimos datos de paro (ya estamos en una tasa del 17,3%) y caída del PIB (un 1,8% en sólo tres meses).
Tras apercibir a España por su déficit excesivo (los gastos crecen muy por encima de los ingresos) y reclamar la necesidad de que se realicen reformas “urgentes” en la Seguridad Social para salvar las pensiones, Bruselas ahora asegura que la economía española tardará más que sus socios comunitarios en salir de la crisis, lo que no sucederá antes de 2010.
Los números presentados por el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, no dejan lugar a dudas: el PIB caerá un 3,2% este año y un 1% en 2010. Es decir, que cuando el resto de socios de la eurozona empiecen a recuperarse España seguirá en recesión.
A pesar de que estas estimaciones sobre la evolución de la economía son más pesimistas que las del Gobierno español, que prevé una contracción del 1,6% este año y una recuperación del 1,2% en 2010, las proyecciones de Bruselas se pueden considerar optimistas en virtud de los últimos datos publicados por el Banco de España.
El organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez asegura que el PIB cayó un 1,8% en el primer trimestre de este año respecto al último trimestre de 2008. Esto quiere decir que si no mejora la economía, el desplome en 2009 ascenderá al 7,2%. Sólo superado por Irlanda, cuyo PIB se reducirá cerca del 9%.
En cuanto al paro, las previsiones de Bruselas quedan en entredicho, ya que vaticina una tasa de desempleo del 17,3% al cierre de año, un porcentaje que ya se ha alcanzado en marzo. En todo caso, la Comisión Europea estima que esta tasa se disparará al 20,5% en 2010. Esto supone, si la población activa no varía en España, que el volumen de parados se acercaría a la cifra de 4,8 millones de personas.
El Gobierno hipoteca el futuro
Además del PIB y el paro, las otras variables que preocupan a la Comisión Europea son la deuda y el déficit público, ambas estrechamente relacionadas. Bruselas no es la única institución que advierte de problemas en el futuro: la política de gasto del Gobierno español ha sido criticada por el organismo encargada de vigilarla (el Tribunal de Cuentas) y por el Banco de España.
Según las estimaciones de la CE la deuda pública española crecerá más de 20 puntos y superará el 62% del PIB en 2010 (el Fondo Monetario Internacional cifra este porcentaje en el 74%); mientras que el déficit publico rondará el 10%.
Esto supone que la Administración Central se gastará el 10% más de lo que ingrese, y esta cantidad extra habrá que pagarla en el futuro, bien emitiendo más deuda, bien subiendo impuestos, bien reduciendo prestaciones sociales. Y a esta cifra habría que añadir la deuda de comunidades autónomas y ayuntamientos, que están aumentando desde que se inició la crisis.
Llegados a este punto es necesario recordar que el límite que establece la eurozona para el déficit público es del 3%, mientras que en el caso de la deuda el máximo permitido es del 60% del PIB. Ambos límites los rebasará España.
Finalmente, en lo referente a la balanza por cuenta corriente, que mide la necesidad que tiene la economía de financiación procedente del exterior, las previsiones de Bruselas indican que se reducirá el próximo año, para situarse en el 6,3% del PIB.
España sufre “grandes desequilibrios”
El Ejecutivo comunitario alerta además que los "desequilibrios" de la economía española, como la baja competitividad, el elevado déficit por cuenta corriente o el hundimiento de la construcción, "dificultan" la recuperación.
De hecho, mientras que la mayoría de países de la UE iniciarán una tímida recuperación a principios de 2010, España será el único Estado miembro con tasas negativas incluso el último trimestre del año que viene.
En este sentido, Bruselas prevé que la inversión en construcción y bienes de equipo siga cayendo el año que viene porque el ajuste en estos sectores todavía no se habrá completado. Además, caerá la inversión pública debido a que se habrá completado el plan del Gobierno de inversiones en los ayuntamientos.
El Ejecutivo comunitario avisa de que persisten los riesgos a la baja para este escenario si se produce un ajuste negativo en la demanda externa más fuerte de lo esperado y un mayor endurecimiento del crédito. En un contexto de restricción del crédito, la inversión privada podría caer todavía más, afectando negativamente al empleo y al consumo. Además, la financiación de la creciente deuda de España podría pesar todavía más en la actividad doméstica.
En el lado positivo, un aumento de la población superior al esperado podría tener un impacto negativo sobre la actividad económica, sosteniendo el consumo y la construcción e introduciendo más flexibilidad salarial en el mercado laboral. También podrían incrementarse las exportaciones más de lo vaticinado y los hogares se beneficiarán de una reducción del coste del crédito por la caída de tipos.