LD (Agencias) El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, ha asegurado que con las últimas decisiones adoptadas en Europa y Estados Unidos se ha afrontado con éxito "lo más difícil de la crisis", aunque advirtió de que habrá una segunda oleada por la caída de la actividad.
En un encuentro informativo, Almunia explicó que la caída de otros sectores no financieros supondrá una "presión adicional" para las entidades. No obstante, mostró su confianza en que la normalidad de los mercados financieros y de crédito se irá restableciendo tras las medidas adoptadas en Europa y Estados Unidos, con lo que se evitará que se produzca un "credit crunch" y el riesgo de que una caída de la actividad lleve a una recesión "difícil de manejar".
"Ojalá" las medidas no "cuesten nada" a los ciudadanos
En un encuentro informativo, Almunia explicó que la caída de otros sectores no financieros supondrá una "presión adicional" para las entidades. No obstante, mostró su confianza en que la normalidad de los mercados financieros y de crédito se irá restableciendo tras las medidas adoptadas en Europa y Estados Unidos, con lo que se evitará que se produzca un "credit crunch" y el riesgo de que una caída de la actividad lleve a una recesión "difícil de manejar".
"Ojalá" las medidas no "cuesten nada" a los ciudadanos
Almunia reconoció que los Estados, o lo que es lo mismo, los contribuyentes están poniendo mucho dinero sobre la mesa y actúan como inversores, por lo que deben ser tratados como tales y hay que esperar que esa inversión produzca rendimientos y no pérdidas. En este sentido, afirmó que "ojalá" las medidas aprobadas no "cuesten nada" a los ciudadanos.
Según dijo, además de para recapitalizar el sistema financiero, el dinero de los contribuyentes está siendo usado como aval, lo que exige que se vigile el funcionamiento de las instituciones que se beneficien de esas garantías, agregó el comisario europeo.
Además, Almunia expresó su confianza en que no se materialicen los riesgos que conlleva toda inversión y recordó que en Suecia, los ciudadanos pusieron para salvar su sistema bancario el 6 por ciento de su PIB y recuperaron "hasta la última corona".
En su opinión, en la medida en que se eviten nuevas caídas de entidades financieras, las garantías no tendrán que ser materializadas ni traducidas en apoyo directo a las entidades, a lo que añadió que cabe la posibilidad de que incluso se gane dinero para los contribuyentes si al final de la crisis se traduce en beneficios.
"El coste financiero de la deuda será más alto"
Según dijo, además de para recapitalizar el sistema financiero, el dinero de los contribuyentes está siendo usado como aval, lo que exige que se vigile el funcionamiento de las instituciones que se beneficien de esas garantías, agregó el comisario europeo.
Además, Almunia expresó su confianza en que no se materialicen los riesgos que conlleva toda inversión y recordó que en Suecia, los ciudadanos pusieron para salvar su sistema bancario el 6 por ciento de su PIB y recuperaron "hasta la última corona".
En su opinión, en la medida en que se eviten nuevas caídas de entidades financieras, las garantías no tendrán que ser materializadas ni traducidas en apoyo directo a las entidades, a lo que añadió que cabe la posibilidad de que incluso se gane dinero para los contribuyentes si al final de la crisis se traduce en beneficios.
"El coste financiero de la deuda será más alto"
El comisario europeo reconoció que las medidas financieras supondrán un incremento del endeudamiento de los Estados, aunque subrayó que éste no debería traducirse en un aumento del déficit salvo que se produzcan pérdidas a largo plazo.
Según explicó, los Estados van a aumentar su presencia en los mercados de deuda y serán mirados de forma más cuidadosa por las agencias de calificación y los ciudadanos. En este sentido, los que no tengan voluntad o capacidad de gestionar bien sus cuentas publicas van a tener que pagar más intereses por la deuda que emiten. Así, apuntó que los países tendrán que competir con emisores privados, por lo que pronosticó un periodo no necesariamente corto "en el que el coste financiero de la deuda, será más alto" que el registrado en los últimos años.