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Algo más que "brotes verdes": Corea del Sur, primera economía desarrollada en dejar la crisis

Corea del Sur puede ser el primer país industrializado en dejar atrás la presente crisis financiera internacional. La OCDE estima que crecerá un 3,5% interanual en 2010 (tras experimentar una recesión del -2,2% este año).

Corea del Sur puede ser el primer país industrializado en dejar atrás la presente crisis financiera internacional. La OCDE estima que crecerá un 3,5% interanual en 2010 (tras experimentar una recesión del -2,2% este año).

La OCDE estima que la economía surcoreana crecerá un 3,5% interanual en 2010. Corea del Sur puede ser el primer país industrializado en salir de la crisis con bases sólidas. Tan sólo Eslovaquia y Turquía podrán seguir los pasos del cuarto dragón asiático por excelencia el próximo ejercicio. Mientras, España decrecerá un 0,9% tras registrar un PIB del -4,2% en 2009, siempre según la organización de París.

Los famosos brotes verdes comienzan a repuntar en países como Alemania, Francia y, sobre todo, Corea del Sur. El siguiente cuadro pretende poner de manifiesto que la economía surcoreana sí ofrece a Seúl argumentos muy sólidos para ser optimistas. A Moncloa, por desgracia para los españoles, no le toca sacar pecho.

Sin entrar a valorar esta comparativa que habla por sí sola, es menester analizar los pilares básicos de un escenario económico tan brillante como el de Corea del Sur.

Corea ha conseguido eludir la recesión técnica con un crecimiento nada desdeñable del 2,3% en el segundo trimestre. Entre enero y marzo ya logró retornar al terreno positivo con un PIB trimestral del 0,1%. "Mantenemos la previsión del -1,5% este año", destaca Cheol-Seong Lee (Banco Central de Corea) en una entrevista concedida a Libertad Digital.

Añade que, "de acuerdo con esta evolución en términos trimestrales, es posible adivinar una rápida recuperación económica". La economía surcoreana ya tocó fondo en los últimos meses de 2008 y ahora sólo cabe recuperar el terreno perdido. Esta es la primera conclusión de peso que ofrecen los datos.

La curva de tipos del bono público coreano (KTB: Korea Treasury Bond) a 3 y 5 años también refleja que el mercado espera una mejora sustancial en las condiciones económicas. En junio, cuando el Banco Central decidió no tocar los tipos (2%) por quinta vez consecutiva mientras, simultáneamente, mejoraba su discurso sobre la economía, ambas tasas experimentaron un repunte nada disimulado.

Con todo, el aumento previsto de tipos (una medida impensable todavía para Japón, EEUU o Europa en menor grado) ha elevado la rentabilidad del bono a más corto plazo (2-3 años). Hablar de subir los intereses en este contexto es anticipar una recuperación económica muy rápida para Corea (obsérvese que la tasa exigida aumentó en junio, coincidiendo con el mensaje optimista del Banco Central).

La realidad avala el mensaje transmitido por los mercados financieros. Las previsiones de crecimiento son muy positivas. Las exportaciones, que representan la mitad del PIB surcoreano, aumentaron un 14,7% trimestral entre abril y junio, poniendo fin a 9 meses consecutivos de caídas.

La balanza por cuenta corriente también siguió engordando en el segundo trimestre y ya son tres incrementos consecutivos. Esto supone un alivio para la divisa más castigada del continente, el Won, aunque su apreciación frente al dólar (20% desde febrero) resta competitividad a las exportaciones.

Sin embargo, las empresas coreanas están siendo muy competitivas, aclara Cheol Seong Lee. No le falta razón. LG duplicó su beneficio previsto en el segundo trimestre y otras compañías como Samsung, Daewoo o Hyundai también han publicado unas cuentas que agradan bastante al mercado.

La crisis del 98, una lección aprendida

Corea mantiene actualmente unas reservas de dólares bastante amplias que ascienden a los 240.000 millones. Durante la crisis del 98, contaba con tan sólo 20.000 millones y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvo que salir entonces al rescate.

Ahora, y tras el shock inicial, Seúl ha conseguido estabilizar en parte su tipo de cambio (dejando actuar al mercado sin intervenirlo vendiendo dólares) y también sus mercados financieros. La propia fortaleza económica surcoreana es quien ha terminado por atraer nuevamente a los capitales internacionales.

Esta confianza en el tejido económico surcoreano, por ejemplo, ha permitido bajar los tipos para estimular el crecimiento. El Gobierno también cuenta con espacio fiscal suficiente para compensar parcialmente la caída prevista de las exportaciones. Corea incurrirá este año en su primer déficit público desde 1975, lo que denota una ortodoxia exquisita.

Corea tiene la casa barrida y los deberes hechos. Su tasa de paro es envidiable. Continúa en el 3,8% (sólo 6 décimas más comparado con 2007 y 2008). La inflación está controlada y las bases del crecimiento a largo plazo (entiéndase inversión privada) tienen el camino más que despejado.

La Formación Bruta de Capital dijo adiós a dos descensos consecutivos el pasado trimestre con una subida cercana al 3%. Y la tendencia de aquí a los próximos años, como demuestra el primer cuadro, es claramente alcista.

Cheol Seong-Lee destaca que "nuestras previsiones pasan por aumentar el PIB potencial un 4-5% pasada esta crisis". Ni siquiera China lo podrá incrementar durante el próximo lustro (al primar gasto público sobre inversión privada). Y mucho menos España, conforme aumenta su nivel de deuda y caen las inversiones de mercado.

En resumen, esperen leer a corto plazo el siguiente titular: Florecen los brotes verdes de la economía surcoreana. Eso sí, deben recuperarse también sus socios comerciales, aunque primero será el turno de los países emergentes. Lo dicho, brotes verdes pero a distintas velocidades según los países y, en este ámbito, Corea del Sur ha tomado la delantera.

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