¿Eurobonos o ampliar el Fondo de Rescate europeo? Ésta parece ser la única pregunta válida en Bruselas para tratar de solventar la crisis de deuda que amenaza a la eurozona, especialmente en el caso de España, puesto que los analistas consideran que la magnitud de este rescate sería imposible de abordar por parte del resto de sus socios con los instrumentos actuales.
Sin embargo, desde Berlín se sostiene otra opinión. Angela Merkel parece decidida a no poner sobre la mesa (o comprometer en forma de garantías) más dinero de los contribuyentes alemanes. Para el Gobierno germano, lo justo es que los acreedores de los países en quiebra paguen parte de su rescate: esto quiere decir que se ponga un marcha un proceso de quitas soberanas.
Opción 1: los Eurobonos y los malos incentivos
Sin embargo, del plan de Merkel no habla nadie en los periódicos de este lunes. El protagonismo se lo han llevado las otras dos opciones. La primera es la de los Eurobonos. La idea no es nueva, pero ha recuperado actualidad después de que, este lunes, el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, haya propuesto la emisión de eurobonos para frenar la crisis de deuda de la eurozona, pero su plan ha chocado de inmediato con la oposición de Alemania.
En una carta conjunta con el ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, publicada en el Financial Times, Juncker sostiene que la emisión de Eurobonos enviaría un "mensaje claro" a los mercados y a los ciudadanos europeos sobre la "irreversibilidad del euro" y "detendría los problemas en los mercados de bonos soberanos", informa Europa Press.
En el mismo sentido, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha afirmado que la emisión de Eurobonos para frenar la crisis de deuda es una "idea intelectualmente atractiva", pero ha descartado que pueda salir adelante por la oposición de los Estados miembros. De hecho, Alemania ya ha reiterado su oposición a esta propuesta. "Ha habido un largo debate durante décadas sobre los 'eurobonos' y me parece una idea intelectualmente atractiva", ha dicho Rehn a la entrada de la reunión de ministros de Economía de la eurozona.
Sin embargo, como preveía Rehn, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en una entrevista al mismo periódico, afirma que la emisión de Eurobonos requeriría "cambios fundamentales" en el Tratado. Además, señala que es fundamental que los Gobiernos tengan incentivos para mantener la disciplina fiscal y se enfrenten a sanciones si no lo hacen. "De lo contrario, el euro fracasará", señala.
Es evidente que la emisión de Eurobonos sería un alivio para países como España, Irlanda o Portugal, amenazados por la crisis de deuda pública de las últimas semanas. Unos activos respaldados por toda la eurozona, pagarían menos intereses que los bonos o las letras del Tesoro español. Pero también es evidente que supondría un empeoramiento de la solvencia de los países en mejor situación que, en el mejor de los casos, tendrían que respaldar una emisión de deuda para financiar a gobiernos de los que el mercado no se fía. Si finalmente España, Portugal o Irlanda tampoco pudieran pagar su parte de los eurobonos, la factura caería en el contribuyente alemán. Además, como señala el ministro alemán, la responsabilidad se diluiría y los gobiernos tendrían muchos más incentivos a mantener sus políticas de gasto.
Opción 2: la ampliación del Fondo de Rescate
Este mismo lunes también se ha sabido que los ministros de Finanzas de la zona euro discutirán la posibilidad de ampliar el fondo de rescate de 750.000 millones de euros aprobado la pasada primavera para evitar el contagio de la crisis de deuda griega, según confirmó el titular de Finanzas belga, Didier Reynders.
Reynders explicó que los ministros tienen previsto abordar la posibilidad de incrementar el volumen de este fondo, una vez hayan discutido las características del mecanismo de resolución de crisis permanente que funcionará a partir de 2013, cuando caduca el citado fondo provisional aprobado tras la crisis griega. "Sobre el mecanismo definitivo, tenemos que discutir su cuantía y, si logramos avanzar sobre ese aspecto, podremos quizás hablar también del mecanismo provisional", explicó Reynders, antes de entrar en la reunión, según Efe.
De nuevo, Alemania está en contra de esta posibilidad, puesto que, como principal contribuyente, sabe que sería el que más tendría que perder en caso de que hubiese que tirar del fondo. En teoría, todo esto no tendría importancia si no hay que acudir al Fondo o si los países que toman dinero prestado acaban cumpliendo con sus obligaciones. Pero esto es más fácil decirlo que hacerlo: si los países caen, el resto de la eurozona pagará por ellos. Y si el Fondo es de 750.000 millones, pagarán menos que si es de 1,5 billones de euros.
Todo indica, además, que la ampliación estaría justificada por el caso español, puesto que 750.000 millones no serían suficientes para salvar a esta última economía.