Tan solo el paquete de inversiones, de las que se beneficiarán especialmente los centros educativos con iniciativas para su modernización, establece un gasto de 18.000 millones de euros para los próximos dos años.
Las reducciones fiscales para empresas y ciudadanos sumarán por su parte un monto de unos 9.000 millones de euros para a invertir hasta finales de 2010.
Además, aquellas empresas necesitadas de liquidez podrán contar con créditos y avales del Estado que garanticen su funcionamiento ante la crisis económica, un paraguas de cobertura que puede alcanzar los 100.000 millones de euros.
Los tres partidos descartaron, sin embargo, la posibilidad de que el Estado, como en el caso de los bancos, asuma parte del capital de las firmas en crisis para garantizar su supervivencia.
Al término de la reunión en la Cancillería federal, el líder del grupo parlamentario de la Unión, Volker Kauder, afirmó que las tres formaciones han alcanzado un buen acuerdo que permitirá asegurar contra la crisis puestos de trabajo y empresas.
La canciller alemana, Angela Merkel, presentó después su segundo plan contra la crisis, que combina inversiones públicas, apoyos a las empresas y rebajas fiscales."El programa está dotado con 50.000 millones, distribuidos en dos años. Sumado a nuestro primer programa coyuntural, representa el 1,5 por ciento del PIB" , dijo Merkel al dar a conocer en Berlín el paquete de medidas con mayor dotación en la historia del país.
"Excesos en los mercados"
Merkel subrayó que el plan es necesario para hacer frente a una situación que no se ha producido por deficiencias en el sistema social y económico alemán, sino por excesos en los mercados financieros internacionales.
"No estamos ante una crisis de la estructura social y económica de Alemania, sino ante los resultados de excesos en los mercados internacionales que tenemos que combatir. Desde la economía social de mercado, rechazamos tanto esos excesos como cualquier otro experimento socialista ", dijo la canciller.
Merkel dividió las medidas en cinco apartados: inversiones -especialmente en el sector educativo-, una serie de herramientas para paliar los efectos de la crisis en el mercado laboral, instrumentos de apoyo a las empresas, estímulos a la innovación y deducciones a los contribuyentes para fomentar el consumo.
El programa de inversiones se concentrará en las infraestructuras municipales y en la modernización de instituciones educativas y estará dotado con 18.000 millones de euros.
La elección de los municipios responde, según Merkel, a la convicción de que allí es donde hay más necesidades de inversión y donde el dinero puede impulsar la economía y generar empleo.
En cuanto al mercado laboral, se han reforzado algunas medidas para apoyar a empresas que eviten despidos derivados de los problemas económicos actuales. Además , el sector automotriz, uno de los pilares tradicionales de la economía alemana, recibirá apoyos puntuales y medidas para fomentar la innovación.
En el apartado fiscal , el que más controversia ha generado entre los aliados democristianos y socialdemócratas, se rebajará en un punto la tasa impositiva mínima -del 15 al 14%-, se incrementará la cantidad exenta de tributación y se matizará la progresión de las tarifas fiscales de manera que los aumentos de sueldo no se traduzcan sólo en el pago de más impuestos.
Todo ello, sumando a un descenso de las contribuciones sobre el seguro de enfermedad y a medidas de apoyo a las familias, implica un alivio de cerca de 18.000 millones de euros.
El vicecanciller Frank-Walter Steinmeier, cuyo Partido Socialdemócrata (SPD) había sido el principal abanderado de reducir la tarifa mínima, estimó que las reducciones fiscales favorecerán sobre todo a las personas con bajos ingresos, lo que garantiza que el dinero adicional, dijo, se dedique al consumo y no termine en alguna cuenta de ahorros.
Algunos expertos han señalado ya que este segundo plan contra la crisis si bien no podrá detener la recesión de manera inmediata, sí conseguirá estabilizar la economía alemana en la segunda mitad del año.
El presidente del Consejo Asesor de Economistas del gobierno -los llamados cinco sabios-, Bert Rürup, considera que el paquete de medidas traerá un crecimiento adicional del 0,5 por ciento del PIB.
Los críticos del plan lamentan ante todo que éste haya tardado tanto en aprobarse y que en noviembre el gobierno se hubiera contentado con un programa mucho menos ambicioso.