¿Fue el euro una buena idea? ¿Está garantizada su supervivencia? Para saber más acerca de estas cuestiones, Libertad Digital entrevista en exclusiva a Philipp Bagus, profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos, quien acaba de publicar en inglés el libro La Tragedia del Euro (enlace al libro completo), donde se habla, entre otros temas, del origen histórico de la Unión Monetaria Europea, el funcionamiento del Banco Central Europeo o el futuro mismo del Eurosistema. Cuenta, además, con un prefacio de Jesús Huerta de Soto, catedrático de Economía en dicha universidad.
Pregunta (P): Tras sólo una década de vida del euro los acontecimientos actuales están poniendo a la Unión Monetaria contra las cuerdas. ¿Por qué ha ocurrido la "Tragedia del euro"? ¿Era inevitable dada la configuración inicial del sistema o se ha debido a políticas erróneas que podrían haberse evitado?
Respuesta (R): La tragedia del euro era prácticamente inevitable considerando los incentivos que crea el Eurosistema. Para simplificar un poco, en el Eurosistema varios gobiernos pueden utilizar una única máquina para producir dinero (el BCE) con el fin de financiar sus gastos, perjudicando así a todos los usuarios del dinero de la zona Euro.
Es parecido a la tragedia de los bienes comunales. Los costes de la pérdida del valor del dinero son compartidos por toda la zona euro mientras las ventajas de la producción del dinero benefician especialmente a los gobiernos con mayores déficits. Desgraciadamente, el Pacto de Estabilidad no fue demasiado útil para limitar esta tragedia de los bienes comunales.
P: En su libro analiza los orígenes que dieron lugar a la creación del euro y es muy crítico al respecto. ¿Qué evidencias existen para pensar que el BCE fue creado para huir de la disciplina monetaria del Bundesbank (banco central de Alemania)?
R: Esta pregunta es clave. A veces parece que algunos autores, incluso liberales, piensan que el euro ha sido creado por unos políticos benevolentes que se preguntaron cómo acabar mejor con las devaluaciones del nacionalismo monetario y así crearon el Euro.
Esta interpretación es un poco ingenua considerando la evidencia histórica. El Bundesbank imponía una disciplina monetaria en el sentido de que producía nuevo dinero más lentamente que otros bancos centrales, quienes se veían obligados a seguir la política del Bundesbank si querían evitar devaluaciones vergonzosas.
El Gobierno francés fue el más interesado en deshacerse de la "tiranía" del Bundesbank. Mitterand incluso llamó al marco "la bomba atómica alemana" porque de esta manera el Bundesbank podía influir en la política monetaria francesa y así limitar la monetización del déficit público francés.
El Gobierno galo quería adquirir control sobre el Bundesbank. Con un Banco Central Europeo (BCE) poco a poco podrían hacerse con el control, pensaron. De hecho, hoy tenemos un presidente francés en el BCE (Jean Claude Trichet) que, antes de la introducción del Euro, se oponía a la "independencia" del banco central, al igual que Mitterand.
Hace poco se abrieron los archivos. Está bastante claro que Francia se aprovechó de la caída del Muro de Berlín. Pidió el sacrificio del marco y la introducción de una moneda común a cambio de dar su visto bueno a la reunificación alemana.
P: ¿Qué opina de la idea de que la Unión Monetaria ha impuesto cierta responsabilidad y austeridad a los países más irresponsables -como España- al quitarles el recurso a la devaluación?
R: Creo que incluso los países periféricos han sufrido desventajas debidas al Euro.
Primero. El Euro lleva a una centralización del poder en Bruselas y, posiblemente, pronto tengamos un gobierno económico Europeo con armonización de impuestos, etc. Este paso hacia un Estado central dirigido por Bruselas va a ser trágico en el largo plazo para toda Europa. Cuando ya no se puede votar con los pies porque se han armonizado las políticas el peso del Estado crecerá más rápido.
Segundo. Gracias a la garantía implícita del rescate que ha traído el Euro los tipos de interés para los gobiernos periféricos han bajado y se han acercado a los tipos que paga el Gobierno alemán. Esto permitió a estos países acumular más deuda de la que hubiera sido posible sin esta garantía y con tipos más altos. Estos tipos artificialmente bajos no sólo han fomentado un incremento de los gastos estatales sino también los auges inmobiliarios y un consumo insostenible.
Tercero. Los gobiernos en estos países han podido seguir gastando por mucho tiempo gracias a la garantía implícita del rescate propia del Euro. Sin el Euro tendrían que haber parado antes sus políticas expansivas o bien tendrían que haber devaluado. Esta devaluación hubiera sido como una señal a la población de que algo iba mal. Pero con el Euro podían seguir gastando sin ninguna advertencia obvia a la población de que algo iba mal.
Cuarto. Creo en la capacidad de la gente de aprender, aunque a veces no lo parezca y sea un proceso muy lento. Sin una moneda única, la gente aprende que un gasto excesivo lleva a una devaluación. Ve que algo ha ido mal. Puede influir en sus gobiernos para que cambien sus políticas y se comporten como países con monedas más estables. Con una moneda única no hay este efecto de aprendizaje. De hecho, incluso parece que los problemas son causados por Bruselas o bien que vienen de fuera y no por las políticas de sus propios gobiernos.
P: Tras lo ocurrido con Grecia e Irlanda, ¿qué espera que suceda con España? ¿Se nos dejará quebrar por ser demasiado grandes para ser rescatados (too big to bailout)?
R: Esto depende del Banco Central Europeo y de Alemania. Si el BCE sigue comprando deuda periférica y Alemania sigue apoyando el experimento del Euro es probable que el Estado español cumpla con sus compromisos financieros. También depende de si el gobierno quiere hacerlo y de la coyuntura.
En relación a los rescates, espero que no avancen hacia la construcción de una unión redistributiva Europea, hacia la servidumbre. Pero también es posible que rescaten a España, aunque el coste político en Alemania podría ser demasiado grande.
Probablemente, será necesaria la intervención del BCE. Existe el peligro de una inflación importante en el caso de que se rescaten más países periféricos.
P: El Gobierno de Alemania defiende un proceso de quiebras soberanas ordenadas. ¿Es ésta la mejor solución a los problemas actuales? ¿Existen alternativas mejores?
R: La mejor solución sería acabar con este sistema que nos ha llevado a esta crisis. Habría que volver a un patrón oro. Existen varios caminos para lograr algo semejante.
Pero si eso no es políticamente posible, lo que el gobierno de Alemania podría hacer para el bien de Europa sería salir del Euro. Si Alemania sale y retira su garantía implícita, los otros países ya no podrían vivir tanto por encima de sus posibilidades. Tendrían que disciplinarse más para ganar la confianza de los inversores.
El Eurosistema permite una redistribución masiva de riqueza que genera incentivos a un déficit excesivo y al final genera conflictos entre países. Si Alemania sale, el Eurosistema cae. Quebraría lo insostenible. Hay un dicho en alemán que resume esta idea: "Mejor un fin con susto que un susto sin fin".
P: ¿Existe riesgo de expulsión o abandono de países del euro? ¿Qué pasaría si un país miembro sale del euro?
R: Podría ser. Podría salir un país como Grecia para devaluar y reestructurar su deuda. En este caso, como Grecia es pequeño, no pienso que hubiera muchos problemas.
También podría salir Alemania. No se puede saber con seguridad qué efectos tendría esto. Es posible que quebraran algunos Estados y bancos con reserva fraccionaria.
Si España saliera del Euro probablemente tendría que reestructurar su deuda, para lo que deberían acometerse medidas drásticas de ahorro para reducir el déficit y convencer a los inversores para comprar de nuevo su deuda. Si no hiciera esto, los inversores podrían perder la confianza en su nueva moneda.
P: ¿Piensa que sobrevivirá el Euro a la crisis de deuda actual? ¿Qué piensa del futuro de la moneda única?
R: Hay tres posibilidades. Primero, se rompe el Euro porque algunos países salen o son forzados a salir; segundo, se reforma el Euro con un Pacto de Estabilidad con fuertes sanciones; tercero, una unión redistributiva (super-estado europeo) con la posibilidad de una hiperinflación. Por desgracia, parece que los políticos están eligiendo entre la segunda y la tercera opción.
P: Más allá de las opciones que se han ido barajando por las autoridades, ¿cuál es su propuesta de reforma del sistema monetario europeo?
R: Dejar caer lo que tiene y debe caer. Y dejar libertad monetaria completa.
Esto, a su vez, implicaría varias cosas: acabar con el banco central; devolver el oro a los ciudadanos; acabar con las leyes monetarias de curso forzoso; defender los derechos de propiedad de los depósitos, es decir, reserva 100% para depósitos; y acabar con las garantías estatales para los pasivos bancarios, entre otras reformas.
Mi propuesta se encuentra en más detalle en mi artículo "Monetary Reform: The case for button-pushing".