(Libertad Digital) El último informe de Standar & Poor´s (agencia que degradó el pasado enero la calidad de la deuda del Estado español) pone esta vez el foco en los problemas del sistema financiero europeo y dedica un apartado a mostrar su preocupación por el sistema financiero español y el alemán.
La agencia dice que el sector bancario de España y el de Alemania "presentan dudas en sus perfiles de crédito". Mientras la banca española se ve afectada por el pinchado de la burbuja inmobiliaria, la germana arrastra problemas derivados de su exposición a los activos "tóxicos" derivados de la crisis de las hipotecas basura (subprime) que determinó el principio de la tormenta financiera internacional.
S&P considera que los bancos y cajas españoles van a tener que mejorar sus reservas de forma significativa en los dos próximos años para cubrir las pérdidas que registrarán en este periodo, especialmente las derivadas de los impagos de los promotores inmobiliarios, que se están refinanciado para que no cuenten como préstamos morosos.
Aunque el diagnóstico sea feroz, la agencia cree que la banca española dispone de un colchón mayor que la alemana para afrontar las pérdidas derivadas de los créditos morosos, gracias a las "provisiones anticíclicas" generados durante la época de bonanza.
Según el informe, los 50 mayores bancos europeos duplicaron sus provisiones para créditos morosos en 2008 respecto al ejercicio anterior, hasta 128.000 millones de euros.
Las perspectivas de la agencia para las calificaciones de crédito de más de la mitad de los grandes bancos en Europa son negativas debido a que la agencia considera que sus pronósticos de beneficios "son pobres y los datos fundamentales de las entidades de crédito se han debilitado".
En este sentido, Standard & Poor's recuerda que las calificaciones de muchos bancos europeos serían más bajas si no fuera por la ayuda estatal, que advierte que el futuro del crédito de la industria bancaria europea depende en gran medida del impacto de las políticas gubernamentales actuales y futuras.
Los promotores deben más de 300.000 millones de euros
El crédito concedido a los promotores se ha multiplicado por 12 en apenas 15 años, en pleno boom de la vivienda. De este modo, la exposición de los bancos y las cajas de ahorro españolas a la crisis inmobiliaria alcanzó el 60% de sus créditos en 2007. De hecho, las cajas son las más expuestas, con más del 70% de sus créditos concentrado en el ladrillo, frente al 50% de los bancos.
En concreto, tal y como desvela El Informe Recarte 2009, el sector promotor debe a la banca alrededor de 315.444 millones de euros. En la actualidad, la banca trata de refinanciar a las grandes inmobiliarias para no contabilizar estos créditos como morosos y evitar así tener que aumentar provisiones. Sin embargo, las pequeñas promotoras representan probablemente más del 50% del total de préstamos concedidos al sector.
Mientras, los fondos propios (capital) del conjunto de entidades financieras que operan en España alcanza en total 175.000 millones de euros, al tiempo que su financiación a largo plazo suma otros 50.000 millones. Éste es, precisamente, el colchón que "tiene la banca española para soportar la actual crisis", explica Alberto Recarte.
Llegados a este punto, la clave radica en saber qué volumen de activos resultará finalmente impagado. En este sentido, El Informe Recarte 2009 indica que no es imposible que los créditos en mora alcancen el 13% del total del activo (créditos), unos 240.000 millones, si la parálisis de ventas inmobiliarias continúa un par de años más.
Pérdidas de 100.000 millones
Aunque resulta difícil hacer predicciones al respecto, es posible que algo menos del 30% de los créditos concedidos a los promotores puedan entrar en mora, lo que equivaldría a 95.000 millones de euros, añade la obra. Unos activos inmobiliarios que, en todo caso tienen un valor.
Aunque, eso sí, muy inferior a la tasación que se les asignó en el momento de la concesión del préstamo. En este sentido, tales activos "quizá" valgan entre un 60-70% si se trata de viviendas y sólo un 20-30% si se trata de suelo urbano.
En este caso, "si con el paso del tiempo, tras tres, cuatro o seis años, la banca consiguiera vender las viviendas que se haya adjudicado por la ejecución de las garantías hipotecarias en un 70% de su valor crediticio y también suelo, aunque recuperando sólo un 20% del valor que se les atribuyó en su momento para otorgar créditos, podemos estar hablando de pérdidas totales de alrededor de 40.000 millones en la liquidación de las viviendas y de más de 50.000 millones en las ventas finales de suelo adjudicado. En total, alrededor de 100.000 millones de euros", avanza la obra.