LD (Luis F. Quintero) A veces son esas pequeñas historias cotidianas las que muestran la verdadera cara de la crisis. Se ve a diario en los puntos de recogida de peones, en las colas cada vez más largas que se forman en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo (antiguo INEM). También en los comedores sociales, a reventar, o los nuevos necesitados que acuden a Cáritas.
Junto a estas noticias también hemos conocido otras como la de aquellos empresarios, proveedores de grandes promotoras, que iniciaron una huelga de hambre para exigir el pago de sus servicios para poder pagar, a su vez, a sus empleados, sus créditos, etc.
En esta ocasión, la cara de la crisis la ponen 300 familias a quienes les han comunicado que han perdido todo el dinero invertido los últimos tres años en las viviendas que ocuparían en “Los Berrocales” al sureste de Madrid. Formando una cooperativa, confiaron sus ahorros a un proyecto que les llevaría, entre 2012 y 2014 a ocupar su nueva casa. Algo que, de momento, no va a suceder.
Según cuentan fuentes de esta cooperativa a Libertad Digital, en 2006, contrataron los servicios de Prygesa (filial gestora de cooperativas de la constructora Pryconsa), para que se hiciera cargo de la compra de suelo, la solicitud de los préstamos, el establecimiento del plan de pagos así como de la gestión de la urbanización de los terrenos y la construcción de las viviendas, unas 500 casas.
Desde aquel momento, se formaliza la contratación de dos préstamos de 20 y 22 millones (en total 42 millones de euros) con dos entidades financieras diferentes para la compra de unos terrenos en el sureste de Madrid, un área conocida como “Los Berrocales”, donde se edificarían los bloques de viviendas.
La gestora elaboró un “Plan Maestro” para establecer las cuotas que cada cooperativista tenía que satisfacer anualmente. “Cumpliendo religiosamente con cada pago”, las 300 familias han aportado una media “de entre 40.000 y 70.000 euros cada una” hasta enero de 2009. En total 17 millones de euros.
Las mismas fuentes cuentan que el pasado enero, la gestora les reunió para explicarles que quedaban sólo dos días para que vencieran los préstamos concedidos para la compra de suelo y que las obras (hasta el momento sólo estaban en marcha las de urbanización) se había paralizado. La excusa que les dieron es que no habían entrado más cooperativistas y que se había terminado el dinero.
Ante el estupor de estas familias, y siempre según la cooperativa, la gestora les ofrece una salida, establecer una nueva cooperativa y comprar, a precio de mercado, vivienda libre en stock de Pryconsa. Cuando le preguntan por el dinero aportado previamente (y que en total suma 17 millones de euros), la gestora les hace ver que lo han perdido.
Un caso especialmente dramático, según nos comentan, porque algunos cooperativistas tuvieron que pedir un préstamo personal para afrontar los primeros pagos de adhesión al proyecto. Familias que, tras perder la inversión todavía pagan el préstamo que solicitaron hace dos tres años.
Los afectados culpan a Prygesa de lo ocurrido porque “les confiamos nuestro dinero” y “estimamos que lo ocurrido es fruto de una muy mala gestión”. Cuando los cooperativistas preguntaban a sus gestores por la posibilidad de que el negocio saliera mal, “la respuesta era siempre la misma.
Nos decían que no había ningún riesgo ya que si se presentaban problemas, se vendían los terrenos, se recuperaba la inversión y se repartía el sobrante, porque el precio del suelo no baja…” Esta afirmación corresponde al año 2006. Este martes tienen programada una manifestación por la calle Bravo Murillo de Madrid que saldrá desde la sede de Pryconsa. Su intención, pedir alguna solución a su problema.
"La cooperativa asume el riesgo"
De esta forma tan cruda explican los gestores de Prygesa el drama que viven las 300 familias que componen la cooperativa afectada. Según comentan fuentes de la gestora a Libertad Digital, el Plan de Actuación Provisional que se aprobó en 2006 por el consejo de la cooperativa, contemplaba hipótesis como la venta de parte del suelo industrial adquirido así como la incorporación de nuevos cooperativistas, entre otras hipótesis sobre el mercado inmobiliario, los tipos de interés, etc.
Pero con el estallido de la burbuja inmobiliaria las cosas cambiaron. La gestora explica que poco después de hacerse cargo de dicha cooperativa, más de 100 socios se dieron de baja, dificultando así la satisfacción de las cuotas acordadas con las entidades financieras que concedieron los créditos.
Además, recuerda que los cooperativistas adquirieron suelo por más de 40 millones de euros. Un suelo que ahora "vale menos de 20". Por lo que los propietarios (que son los cooperativistas) no sólo pierden sus expectativas de beneficio sino que aún deben mucho dinero a las entidades financieras.
Por otra parte, la junta de compensación de Los Berrocales (una junta compuesta por todos los propietarios de los berrocales, unos 300 según estas fuentes, en los que se incluye la citada cooperativa), decidieron por mayoría a principios de año paralizar las obras de urbanización de los terrenos por falta de financiación.
A partir de ese momento, según Prygesa, sus gestiones han ido encaminadas a buscar la mejor solución para los cooperativistas, que se negaron a seguir pagando los créditos suscritos. Los bancos amenazaron con ejecutar los préstamos hipotecarios, aunque "aún no lo han hecho".
Hasta el momento, Prygesa ha tratado de encontrar permutadotes que cambiaran suelo a medio urbanizar por bloques terminados, pero "lógicamente nadie quiere cambiarlo". Como Pryconsa, mayoritaria de Prygesa, posée bloques terminados en stock. Propuso a los cooperativistas la permuta por estas viviendas, a fin de que tuvieran obra terminada.
Prygesa se ofreció a constituir otra cooperativa buscando socios y ofrecerles viviendas terminadas en otros puntos de Madrid pero a precio de mercado. "Entre las labores de gestión contratadas no entraba esta, pero aún así se lo ofrecimos por si les interesaba". Además, "evidentemente ellos son los propietarios, los promotores, los que corren con el riesgo, si la inversión les sale mal, no es culpa de nadie, sino suya. El valor del suelo ha caído a la mitad".
Proyecto aprobado en 2005 por el Ayuntamiento de Madrid
A finales de marzo de 2005, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid daba luz verde al proyecto de urbanización de Los Berrocales para albergar un barrio de 22.000 viviendas en el plazo de ocho años. Constituiría uno de los ensanches más extensos de Madrid con 830 hectáreas.
Según publicaba aquellas fechas Madrid Diario, los trabajos de urbanización supondrían una inversión de 623,5 millones de euros y según dijo entonces el alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, el 50% de la vivienda construída en este nuevo barrio tendría algún grado de protección.
Los proyectos de la Junta de Gobierno de Gallardón eran, como no podía ser de otro modo, faraónicos. Aprobó un presupuesto de 623,5 euros para urbanizar los terrenos y quería destinar un 1% a la mejora del paisaje urbano y colocación de elementos diseñados por artistas con el fin de potenciar los efectos paisajísticos, culturales, sociales y ambientales del barrio.
Además, señaló que se levantaría entre la línea 9 de Metro, los Ahijones, la M-50, la A-3 y zonas industriales, como Cerro Almodóvar y la Dehesa en el distrito de Vicálvaro. En este terreno es donde la cooperativa se había propuesto construir sus 500 vivivendas.