Castigo excesivo el que se ha llevado en el Camp Nou el Betis de Pepe Mel, que plantó cara durante la primera hora con un fútbol muy atrevido en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey. Tanto el técnico verdiblanco como Pep Guardiola salieron con sus onces de gala y plantearon un partido muy atractivo. Mel cumplió con lo prometido en la rueda de prensa y planteó un partido ofensivo, presionando al Barcelona en su campo. Fruto de ello creó muchísimas ocasiones, que salvó un inspirado Pinto.
Como al Barça no lo puedes controlar, creó también varias situaciones de gol hasta que el balón la cayó a Messi. Justo antes del descanso, el argentino celebró su Balón de Oro con el tanto que daba tranquilidad porque el Betis se subía a las barbas. Antes del pitido final dio tiempo al equipo andaluz a lanzar un balón al travesaño.
Lejos de venirse abajo, en la reanudación el conjunto verdiblanco gozó de dos buenas ocasiones, en los pies de Rubén Castro, a los que Pinto respondió con maestría. Pero para maestro Messi. La Pulga continuó con su exhibición con dos goles casi consecutivos que daban al traste con el buen planteamiento bético.
El Betis se vino abajo y empezó a conceder muchas ocasiones con su defensa muy adelantado y los errores graves de la zaga. Esto provocó numerosas ocasiones y los dos últimos goles, obra de Pedro y Keita, del Barcelona para certificar una nueva manita.