L D (Antonio Golmar) Rebecca Soni, estudiante de la University of Southern California (Los Ángeles), una de las instituciones deportivas más prestigiosas de los EE.UU., batió el récord del mundo en los 200 metros braza (2:20:22) de la australiana Leisel Jones, considerada hasta hoy la reina de la especialidad. El bronce fue para la noruega Sara Nordenstam, que estableció una nueva marca europea. Una agradable sorpresa para una nadadora a la que, según sus propias declaraciones, ni siquiera se le había pasado por la cabeza ganar una medalla. Soni se mantuvo a la expectativa hasta los últimos 75 metros, cuando cambió su ritmo y dejó atrás al resto de las competidoras, incluida Jones, impotente ante el empuje de la joven californiana.
El oro en los 200 espalda masculinos correspondió al también norteamericano Ryan Lochte, quien se impuso a su compatriota, ganador de los 100 espalda y ex recordman mundial, Aaron Peirsol. Estos dos nadadores son viejos conocidos, pues mantienen desde hace años una intensa pugna en las pruebas de espalda. En esta ocasión, los excelentes resultados cosechados por Lochte a lo largo de la temporada pudieron más que el impresionante historial de Peirsol, oro olímpico en 2004 y tres veces campeón del mundo en esta especialidad. Como va siendo habitual en Pekín, el ganador también estableció un nuevo récord mundial (1:53:94). El ruso Yvatchanin estuvo a punto de dar la sorpresa desde la distante calle 8, pero no pudo mantener el ritmo y acabó fuera de las medallas.
Minutos después, Lochte regresaba a la piscina para enfrentarse a Michael Phelps, su máximo rival en los 200 estilos y compañero en los relevos. La carrera resultó especialmente emocionante, pues ambos nadaron en calles contiguas. La ventaja adquirida por Phelps en la mariposa fue pronto compensada por Lochte en la espalda. Como suele suceder en las pruebas de estilos, el largo crucial fue el de braza. Allí, Phelps consiguió un cuerpo de ventaja sobre Lochte, superado al final por el húngaro Laszlo Csech. Seis oros, y por supuesto seis récords mundiales y seis millones de dólares de su patrocinador, la marca de bañadores Speedo, para Phelps. 1:54:23, o casi tres segundos por debajo de su propio récord establecido en los preolímpicos norteamericanos de junio, fue la impresionante marca. Mañana disputará la final de los 100 mariposa tras haberse clasificado para ella 20 minutos después de ganar los estilos.
Ayer hacía referencia a la pizza, una de las comidas predilectas de Phelps. El diario británico The Guardian ha publicado la dieta completa, consistente en un desayuno de tres sándwiches de huevo con tomate, cebolla y mayonesa acompañados de dos tazas de café, tapioca de maíz, tostadas con azúcar, una tortilla y tres tortitas con chocolate. Para almorzar, medio kilo de pasta, sándwiches de jamón y queso y 1000 calorías de bebida isotónica. Lo mismo para cenar, pero sustituyendo los bocatas por una pizza completa. En total, 12.000 calorías. Por cierto, ¿saben cuál es la pregunta más tonta que le han hecho nunca a Michel Phelps?: “¿Es Aquaman tu super héroe favorito?”.
La última final del día fue la de 100 metros libres femeninos. La australiana Lisbeth Trickett, plusmarquista mundial de la prueba, pudo acceder a la final tras la descalificación de otra nadadora. Un golpe de suerte que aprovechó quedando segunda tras la alemana Britta Steffen. Decepción para la norteamericana Natalie Coughlin, que tuvo que conformarse con un bronce que seguro no entraba en sus cálculos.