L D (EFE) El equipo malagueño tenía la última oportunidad para seguir en la competición. Iba a ser difícil porque, aparte del rival, los efectivos se iban cayendo como el escolta Berni Rodríguez, lesionado, y el ala-pívot estadounidense Marcus Haislip, baja de última hora al no recuperarse de una fuerte y agresiva lumbalgia. El Barcelona también se presentó en Málaga con la ausencia del alero checo Lubos Barton, lesionado, aunque quizás, por la extensión de la plantilla y por la calidad de los jugadores, en un principio lo podría notar menos que su rival.
El Unicaja tenía que implorar a la raza, a la casta y al trabajo defensivo para intentar conseguir una victoria, que sería épica por cómo lo afrontaba con tantas ausencias. El equipo cajista salió muy fuerte, agresivo y con el base Carlos Cabezas revolucionado, que impregnó a sus compañeros de la fuerza necesaria para plantarle cara a una de las mejores plantillas de Europa. Los puntos del Unicaja en el primer cuarto se repartieron entre N'Dong, Jiménez y Kelati, con dos triples que terminaron por enarbolar la bandera cajista. El Barcelona se vio sorprendido por la intensidad y solamente el pívot Fran Vázquez, vilipendiado en Málaga tras su marcha, mantenía a su equipo en el encuentro.
El partido era vibrante por ambas partes, con nervios, fallos y errores. Juan Carlos Navarro, apagado, empezó a aparecer, y Vázquez, seguía haciendo daño en la zona. Una canasta suya puso por delante por primera vez al Barcelona 32-33, minuto 16. El Unicaja no se amilanó, al contrario, alternaba juego interior y exterior con Kelati y N'Dong, éste inconmensurable. Fue tanta la igualdad que al descanso se llegó con empate a 43 puntos, con un triple sonando la bocina y de una manera inverosímil de Navarro.
Nuevo partido y un Unicaja galáctico. N'Dong ganaba la partida a Vázquez. Kelati, sólo triples. El equipo malagueño en el tercer periodo se desató ante un conjunto azulgrana irreconocible, donde cada jugador hacía la guerra por su cuenta. 65-47 en el minuto 27. Era la máxima diferencia. El primer punto del tercer cuarto lo consiguió Navarro en el minuto 25 de tiro libre, algo inexplicable para un equipo que aspiraba a jugar la final.
Pero todo cambió en el definitivo periodo. El Unicaja acusó el esfuerzo realizado durante treinta minutos y el Barcelona, liderado por Navarro, aprovechó el bajón local para con un parcial de 6-24 en ocho minutos ponerse por delante 71-73, a falta de cuatro minutos para la conclusión. El encuentro entró en una fase fatídica de nervios e imprecisiones. El que más sereno estuviera se llevaría el enfrentamiento. Quizás el triple de Jiménez, 76-75, minuto 37, cambió nuevamente el decorado a favor de los cajistas, con un parcial de 7-0 con un minuto por jugarse 80-75, le dio el triunfo al Unicaja que irá el domingo a Barcelona.