L D (EFE) Simon, un especialista en salvar bolas de partido, venció al español de forma agónica en tres horas y 22 minutos. Nadal no pudo alcanzar por segunda vez la final de la capital española (2005), y eso que dispuso de 4-2 y saque en el tercer set. Salió a la cancha gracias a los cuidados de su fisioterapeuta Rafael Maymó, que trabajó a destajo su hombro izquierdo, pero se encontró con una roca llamada Simon, un hombre que para llegar a la final ha levantado seis bolas de partido. Simon ha dejado constancia de su voluntad al superar seis puntos de K.O. técnico en dos duelos, cuatro contra el ruso Igor Andreev en primera ronda, y dos contra el estadounidense Robbie Ginepri, en la tercera.
Nadal, respaldado en la pista por sus incondicionales aficionados, entre ellos, el ciclista español Alberto Contador, llegó el partido sumando 80 victorias esta temporada, algo que sólo tres jugadores han logrado desde el 2000, y soñaba con regresar a la final de Madrid, un torneo que ganó en 2005 al vencer en un épico partido al croata Ivan Ljubicic, pero desperdició demasiadas ocasiones, y solo convirtió dos puntos de rotura de los 22 que dispuso y eso lo pagó caro.
Simon se medirá con un jugador "convertido ya en hombre", como definió el suizo Roger Federer a su verdugo de este sábado, el escocés Andy Murray, que, con 14 saques directos se impuso por 3-6, 6-3 y 7-5 en una hora y 56 minutos, vengando la derrota que el de Basilea le infligió en la final del Abierto de Estados Unidos hace tan solo un mes.
Gilles Simon, entrenado por su compatriota, el ex jugador Thierry Tulasne, se mostró como lo que es, un jugador peligroso, inasequible a la derrota hasta el final. Vestido siempre de amarillo esta semana, ha sido capaz de vencer a Federer en la segunda ronda de Toronto este año y de doblegar a Novak Djokovic en la segunda de Marsella, y ante el de Manacor esgrimió de nuevo sus armas, haciéndose con el segundo set después de salvar siete puntos de rotura. En el interminable segundo juego del tercer set, Nadal comprobó lo reacio a aceptar la derrota que es Simon. El español desperdició seis oportunidades para quebrarle y sólo hasta el sexto (4-2) pudo romperle y derrumbar la resistencia del francés. Pero esa ventaja se diluyó en el siguiente con rotura del francés.
Físicamente desgastados (sólo hubo cinco saques directos en el partido, y entre los dos) por los duros intercambios, se llegó al desempate, y Simon fue el más regular en el tramo final del partido cuando el cansancio hacía mella en los dos. Nadal salvó una primera bola de partido, pero no la segunda, con un revés largo que se fue fuera por poco, y el punto se resolvió cuando el juez de silla, el brasileño Carlos Bernárdez consultó el Ojo de Halcón, cuando a los dos jugadores ya no les quedaban más reclamaciones. Simon había dado pruebas de su paciencia en su partido anterior contra el croata Ivo Karlovic, ante el que encajó 27 saques directos.
La derrota de Federer garantiza el número uno de Nadal hasta final de año
Para Murray, vencer a Federer y lograr su tercera victoria en cinco encuentros sobre el de Basilea fue una prueba de la valía del jugador de Dunblane, muy exigido en su país donde ansían que sea el primer británico ganador de Wimbledon desde Fred Perry hace 72 años. Federer siempre dice de él que es un jugador con brillante futuro, capaz de no arrugarse ante la adversidad.
Murray lo probó cuando desperdició tres puntos de rotura en el tercer juego del último set contra el suizo. Cualquiera se hubiera hundido después, pero no el ex discípulo de Alex Corretja, que con una estrategia bien definida, sacando siempre a la derecha de su rival, rompió en el undécimo para rematar luego a la primera oportunidad cuando un Federer frustrado envió su revés a la red.
Para el suizo Madrid era la penúltima oportunidad de lograr este año un Masters Series, algo que ha cumplido siempre desde 2001. Recurrió luego a la oportunidad que le presenta París dentro de dos semanas, pero no ocultó su frustración. Este año ha ganado solo tres títulos, Estoril, Halle y Abierto de Estados Unidos, ha perdido el número uno del mundo y tiene incluso en peligro el dos. Ha cedido 13 derrotas contra diez jugadores diferentes y se encuentra presionado en recuperar su estatus.
Murray, mientras goza de su mejor temporada, trabajando con su nuevo entrenador Miles Maclagan ha ganado el Masters Series de Cincinnati, y los torneos de Marsella y Doha, además de llegar a la final de US Open, y de Toronto.Simon se enfrentará en la final al británico Andy Murray. El jugador escocés superó en semifinales al suizo Roger Federer, campeón en el 2006 y finalista el pasado año, por 3-6, 6-3 y 7-5 en una hora y 56 minutos. Esta derrota del jugador de Basilea, ya colocó a Nadal como número uno del mundo hasta final de año, independientemente de la que Rafael sufrió ante Simon.