Siguen los problemas de seguridad en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro pese a llevar ya cinco días de competición. Las medidas de protección para atletas y periodistas se han visto insuficientes en varias ocasiones y los ataques y robos están siendo constantes.
El último problema de seguridad ha afectado a un autobús de periodistas que se encontraba realizando un trayecto entre dos de las sedes de los Juegos. Los hechos tuvieron lugar el martes y por suerte no hubo que lamentar heridos. Durante ese viaje, el bus sufrió dos impactos en uno de sus laterales que rompieron los cristales y provocaron el pánico entre los pasajeros.
"Se sintió un ruido cómo un crack. Todo el mundo se tiró al piso. Las dos ventanas no se rompieron inmediatamente. Una de ellas lo hizo cuando habíamos reanudado la marcha. Escuchamos dos impactos en el lado derecho del bus, dos ventanas se rompieron. La confusión era si eran balas o piedras", comentaron algunos de los pasajeros del autobús.
Los medios locales aún no han confirmado si los impactos fueron causados por balas perdidas o por piedras, pero independientemente del elemento que causara los desperfectos en el autobús queda patente con este nuevo ataque que la seguridad en los Juegos es más que discutible.