El golfista español José María Olazábal ha recibido este viernes el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2013 en el Teatro Campoamor de Oviedo, convirtiéndose de ese modo en el segundo golfista en ganarlo tras Severiano Ballesteros en 1989.
Olazábal recogió el premio de la mano del príncipe de Asturias. Se mostró visiblemente feliz y agradecido al publico presente en el teatro ovetense, y no dudó en simular un swing de golf con el premio en la mano cuando se acercó al borde del escenario al saludar a los asistentes al acto.
Olazábal recordó en la rueda de prensa oficial del pasado martes al fallecido Severiano Ballesteros, que también obtuvo el mismo galardón en 1989, y del que dijo que aprendió "su espíritu de lucha y su superación", algo que destacó el Príncipe Felipe en la ceremonia. En dicha comparecencia ante los medios, Olazábal reconoció que era una "gran responsabilidad" ser el segundo jugador de golf que consigue el galardón, y más aún tras Ballesteros, del que dijo que era una "figura máxima" que consiguió cambiar la imagen del golf tanto en España como en Europa y que fue capaz de "romper muchas barreras".
Ganador del Masters de Augusta en dos ocasiones (1994 y 1999), ha sido siete veces integrante del equipo europeo de la Ryder Cup, en la que consiguió cuatro victorias. Después de su última participación en la Ryder Cup (2006), fue elegido, en 2012, capitán del equipo europeo, el segundo español en asumir esta responsabilidad tras Seve, que fue capitán en 1997. Esa capitanía la asumió con enorme éxito en el histórico triunfo de Europa sobre Estados Unidos en la Ryder Cup a través de una remontada milagrosa que pasará a los anales de esta competición, la tercera con mayor repercusión mediática en todo el mundo tras los Juegos Olímpicos y los Mundiales de Fútbol.
Olazábal también es miembro del Salón de la Fama del Golf desde 2009, único español junto a Severiano Ballesteros que pertenece a este selecto club que reúne a los mejores golfistas de todos los tiempos.
Diez años antes, José María Olazábal realizó una de las mayores gestas que se recuerdan en el prestigioso torneo del Masters de Augusta, cuando con 33 golpes en los últimos nueve hoyos para una ronda de 71, el español remontó al entonces número uno del mundo David Duval, al joven pujante Lee Westwood y al mítico australiano Greg Norman, que no pudieron hacer nada por contrarrestarle.