Si España quiere ganar esta Copa Davis, era vital comenzar con la victoria de David Ferrer, número uno del equipo español, ante Radek Stepanek, número dos checo. Y así ha sido. Incluso, más fácil de lo que podía esperarse. Porque si bien el encuentro no ha sido ni mucho menos un paseo, el 3-0 final deja claro que Ferru fue el claro dominador del choque.
Lo fue desde el comienzo del mismo, cuando en el quinto juego ya estuvo a punto de lograr una rotura. Stepanek se defendió con uñas y dientes, en un juego que duró más de 20 minutos, con hasta siete bolas de rotura para el español. Al final no pudo ser, pero en el servicio siguiente del checo sí lo logró Ferrer, para terminar consolidando con su saque y cerrar la primera manga por 6-3.
Ese juego iba a ser un aviso de lo que iba a ser el partido. Porque si hubo un pero esta tarde que ponerle al de Jávea, ése fue la falta de rotundidad en las bolas de break. En parte, por la gran entrega de Stepanek, un tenista que está a punto de cumplir los 34 años; en parte, por los nervios de Ferrer, más errático en los momentos decisivos de lo que nos tiene acostumbrados.
Sea como fuere, en la segunda manga se repitió la misma historia. Comenzó con un break del español, con 2-3 respondió el checo, que por momentos se vino arriba, y después de desperdiciar varias oportunidades, en el 4-4 Ferrer volvió a romper el saque. No hubo nervios en su servicio, que se llevó para cerrar el set.
Con todo a favor, el tercer set parecía que iba a ser el definitivo. Sobre todo, cuando el español llegó a ponerse 2-5, dos breaks arriba. Pero Stepanek, perro viejo, no se rindió, y esperó los lógicos nervios de Ferrer para cerrar el partido. Así, logró otro break, y puso en aprietos el servicio del español con 5-4. Pero entonces regresó la mejor versión de Ferru, y terminó llevándose el tercer set, y el partido.
Un primer punto que permite a los españoles afrontar la final, la búsqueda de su sexta ensaladera, con mayor calma. Porque este es el encuentro que, sin ser definitivo ni mucho menos, puede ser clave. Que se lo pregunten a Almagro, número dos español, que se enfrentará a Berdych. No es lo mismo encarar este encuentro con 1-0 a favor, que con 1-0 en contra...