El base Aaron Brooks con 26 puntos , incluidos ocho en el cuarto y decisivo periodo, encabezó al ataque de los Rockets, que también tuvo al alero argentino Luis Scola que aportó un doble-doble de 24 tantos y 12 rebotes para ser los grande artífices de la victoria del equipo de Houston.
Scola, no sólo aportó en ataque sino que además fue también el gran verdugo de Pau Gasol , al que limitó a 14 (7-15) puntos con 11 rebotes, en los 43 minutos que estuvo en el campo. El argentino, por su parte, jugó 37 minutos para anotar 10 de 17 tiros de campo y 4-5 desde la línea de personal, dio dos asistencias y cometió tres faltas personales.
Ron Artest provocó a Kobe Bryant para que le pitasen una falta técnica y Shane Battier hizo de nuevo una gran defensa sobre la estrella de los Lakers, que aunque aportó 32 puntos (11-27, 1-5 y 9-10), nunca pudo ser el factor decisivo que su equipo necesitaba.
Mientras, Andrew Bynum volvió a ser la gran decepción en el juego de los Lakers al irse sin ningún punto, en 20 minutos que estuvo en el campo, con siete rebotes.
La historia del primer cuarto fue una copia de la del quinto partido, pero esta vez con Scola como gran figura, al dominar por completo el duelo con Gasol para conseguir ser el artífice que los Rockets se pusiesen con un parcial de 17-1, incluidos los seis puntos del 6-0 logrados por el alero argentino.
Scola se exhibió con un juego espectacular tanto en defensa como en ataque para conseguir 14 puntos (6 de 9 tiros de campo) y siete rebotes, mientras que Brooks también aportaba 11 tantos.
Pero los Lakers aprendieron la lección y en el descanso el entrenador Phil Jackson fue categórico al decirles que había que defender mejor y sobre todo anular el efecto demoledor de Scola, dos objetivos que consiguieron en los primeros cinco minutos para un parcial de 54-52.
A diferencia del primer cuarto cuando anotaron sólo tres puntos en los seis minutos iniciales del partido, los Lakers salieron en el tercero con un parcial de 7-0 en menos de tres minutos para ampliarla a 16-2 que les hacía pensar en la remontada.
Habían hecho mejor defensa y por lo tanto también tuvieron mejor juego de transición y producción en ataque. Sin embargo, Rick Adelman , el entrenador de los Rockets, también tenía guardado a su jugador sorpresa y éste iba a ser Landry, que anotó tres puntos decisivos para un parcial 57-52 que rompió el momento de los Lakers y lo recuperó para el equipo de Houston.
De nuevo, los Rockets encontraron en Brooks y Scola la inspiración en el ataque para que aportasen 7 y 6 puntos, respectivamente, incrementasen la intensidad defensiva y el parcial al concluir el tercer periodo fue de 74-65, con los Lakers más desesperados que nunca.
Tal vez ya intuían que estaban ante otra derrota inapelable y de nuevo la interrogante sobre si realmente van a tener todos los elementos necesarios para ser campeones de liga, cuando no han sido capaces todavía de eliminar a un equipo que está con las bajas de los dos jugadores franquicia como son Tracy McGrad y y el pívot chino Yao Ming .
El partido iba a quedar decidido con 7:24 minutos cuando Artest anotó su segundo triple de la noche para un parcial de 79-69 que peso como una losa en la moral de los Lakers, que además vieron como Brooks recuperó la inspiración ofensiva con dos canastas consecutivas para el 88-75 que destrozó por completo al equipo angelino.
Todavía faltaba la exhibición final de Landry y la imagen de frustración y derrota para los Lakers, que tendrán que recuperar fuerzas y clarificar ideas cuando el domingo salten al Staples Center.
Si los Rockets no pierden la inspiración que han tenido en el Toyota Center, el séptimo partido puede ser histórico, al margen de cual pueda ser el resultado final, entre otras cosas porque nadie se esperaba que pudiese darse y más después de la baja de Ming.