Un simple cambio de cromo. Eso ha bastado para que las caras que se han presenciado en la sesión matutina de Valdebebas hayan sido muy diferentes a las de pasados días. Con Rafa Benítez costaba encontrar sonrisas en las caras de afición y jugadores. Zinedine Zidane ha transformado el hastío en ilusión con su simple presencia.
El francés dirigió su primer entrenamiento con la primera plantilla blanca en medio de una gran expectación. Hasta 5.000 aficionados poblaron las gradas.
En cuanto a lo estrictamente deportivo, primer entrenamiento bastante 'light' que ha servido para que plantilla y entrenador empiecen a conectar. 25 jugadores estuvieron a las órdenes del técnico francés, toda la primera plantilla a excepción de Gareth Bale, que no saltó al césped y realizó ejercicio específico en el gimnasio.
Odegaard, Marcos Llorente y Borja Mayoral fueron los primeros jugadores del Castilla que subió Zidane para entrenar con el primer equipo.
Una sesión en la que el esférico fue el único protagonista. El francés organizó partidillos en espacios reducidos para mejorar la precisión y concentración. A mitad del entrenamiento, Ramos, Pepe y Danilo tuvieron que abandonar el terreno de juego por unas ligeras molestias sin importancia.