L D (EFE) Bryant anotó 29 puntos y repartió ocho asistencias, en tanto que el ala-pívot español cuajó una esplendorosa actuación con 24 puntos y 10 rebotes, mientras que en el lado contrario el pívot Dwight Howard añadió 17 puntos y 16 rebotes para los de Florida.
Ambos equipos pudieron llevarse el partido antes de llegar a la prórroga. Primero Bryant, que recibió un tapón del turco Hedo Turkoglu en el último segundo del tiempo reglamentado. Después el novato Courtney Lee, que no anotó tras recibir un "alley-oop" con seis décimas de segundo. Finalmente, Gasol anotó siete de los 13 puntos de los Lakers en la prórroga y firmó el 2-0 en la Final.
Arrancó el duelo de forma deprimente, con un primer cuarto (15-15) de lo más flojo que han exhibido ambos equipos en la fase final de la temporada. Las defensas se imponían claramente sobre los ataques –magnífico Gasol, por las constantes ayudas sobre Howard– y el aro parecía haberse achicado –no se superó el 30 por ciento de acierto en los tiros–. Los Magic perdían armamento exterior con la entrada en pista del pívot polaco Marcin Gortat, pero la dupla que éste forma junto a Howard garantizaba a Orlando un mayor poderío en la zona (14 rebotes al final del primer cuarto, por ocho de los Lakers).
La superioridad de los de Florida en esa faceta fue a más y llegó a resultar sangrante, pero no la supieron aprovechar. Ante un rival despistado, desacertado y falto de intensidad y concentración, los Magic, a pesar de un excelso Rashard Lewis, dejaron pasar una oportunidad de oro y Bryant, con un triple, aprovechó para poner a los suyos en la senda adecuada (36-29) justo antes del descanso. Lewis anotó 18 de los 20 puntos de su equipo en el segundo periodo.
El ala-pívot de Orlando puso a los de Stan Van Gundy por delante al comienzo de la segunda mitad (42-43). En ese momento, los Lakers se encomendaron a su pareja de estrellas. Bryant respondió con seis puntos consecutivos y Gasol, activo a ambos lados de la cancha, dio el paso al frente que su equipo reclamaba. Sin embargo, los angelinos necesitaban algo más. Sin la fluidez en el juego de los últimos partidos, el equipo de Phil Jackson tiró de oficio y experiencia cuando más cuesta arriba se le ponían las cosas (56-59 tras triple del turco Hedo Turkoglu).
Los Lakers iban dos abajo (63-65) con todo el último cuarto por disputar. Orlando, gracias a una magnífica circulación de balón, lograba encontrar tiros cómodos para Turkoglu (14 puntos en el tercer periodo) y Lewis, pero sus errores desde la línea de tiros libres impidieron que su renta aumentase. A trompicones pero con fe ciega en sus opciones, los californianos volvían a tomar las riendas gracias a Bryant y la irrupción de Lamar Odom (19 puntos, 8/9 en tiros, y ocho rebotes), esa tercera pieza tan necesaria para los Lakers.
Pero Lewis, mortífero desde el perímetro, lideraba la resistencia de Orlando (75-77). Bryant contestó desde la personal y con 3:35 por disputar y el partido en un puño (80-81), llegó el momento de la verdad. A un error de Howard a la hora de botar el balón en el poste bajo le siguió una fuerte falta de Turkoglu sobre Bryant, que se encargó de anotar los dos tiros libres (84-81). Sin embargo, J.J. Redick encestó un triple -sus primeros puntos del partido-, seguido de cestas de Lewis y Turkoglu (86-88).
Quedaban 47 segundos. Gasol empató bajo aro tras asistencia de Fisher y en una jugada decisiva, el novato Lee falló una clara penetración. Restaban siete segundos. Todo el Staples sabía que Bryant se la jugaría. Lo hizo, pero esta vez falló al recibir un tapón de Turkoglu. También erró Lee un "alley-oop" tras pase de banda con siete décimas de segundo por jugar.
Ya en la prórroga, Gasol, desde la personal, dio la primera ventaja a los Lakers (90-88). Howard contestó con un dos más uno y Redick perdonó un triple totalmente solo. Anotó Bryant, suspendido una eternidad en el aire, y Fisher, tras robar un balón al propio Redick, no falló desde el tiro libre (94-91). Gasol fue el encargado de poner la puntilla al partido con un dos más uno (97-91) que el Staples Center celebró como si su equipo hubiese ganado ya el título. No era así, pero casi. Están a sólo dos victorias de lograrlo.