James Rodríguez se encuentra desde este lunes en la ciudad paraguaya de Luque, adonde la selección colombiana se ha desplazado para preparar su próximo partido de clasificación para el Mundial de Rusia 2018, que disputará este jueves frente a Paraguay en Asunción.
Cabe recordar que James iba a ser titular el pasado domingo en el partido de Liga que el Real Madrid disputó contra el Eibar (1-1). El centrocampista se ejercitó con el resto del equipo sobre el césped del Santiago Bernabéu, pero sintió molestias en el calentamiento y tuvo que dejar su sitio en el once al croata Mateo Kovacic.
Minutos después del choque contra el cuadro armero, el Real Madrid emitió un comunicado en el que informaba de que el colombiano sufre una "lesión muscular de grado 1 en el sóleo de su pierna izquierda", engordando así la enfermería blanca y uniéndose a otros jugadores lesionados en el equipo como Luka Modric, Marcelo, Casemiro, Karim Benzema y Raphael Varane.
El club madridista no quería que el jugador viajara con su selección, pero tanto el propio James como la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) y el técnico José Pékerman se han acabado saliendo con la suya. Los médicos de la FCF han sometido a distintas pruebas al futbolista y se ha tomado la decisión de intentar recuperarle para el siguiente compromiso de los cafeteros, el martes 11 de octubre frente a Uruguay en Barranquilla.
Se trata de un nuevo capítulo en el enfrentamiento que el Real Madrid vive con la Federación Colombiana, obviamente siempre con James como protagonista. Cabe recordar que este pasado verano, Pékerman hizo que James jugase toda la Copa América Centenario, en un torneo en el que Colombia cayó ante Chile en semifinales, pese a que el futbolista se había lesionado el hombro izquierdo en el primer partido contra Estados Unidos.
Es decir, James jugó toda la Copa América tocado del hombro. El Madrid le puso en contacto con el doctor Mikel Aramberri, consumado experto en el tratamiento de problemas de rodilla y de hombro, para que pasara por el quirófano y solucionara sus problemas. Pero al final el centrocampista descartó operarse y acabó marchándose de vacaciones, provocando un enorme enfado en el Madrid, repitiéndose así la situación que ya protagonizó Kaká en verano de 2010, después de que el brasileño volviera lesionado tras el Mundial de Sudáfrica.