Salvaje agresión la vivida el pasado sábado en la localidad vizcaína de Guecho. El partido de territorial de primera división enfrentaba a los equipos de Arraultzaldeon y Ortuella cuando, ya en el descuento, un jugador que acababa de ser expulsado propinó un puñetazo en la cara al colegiado, que incluso perdió un diente.
El árbitro tuvo que ser atendido en un centro médico y acudió a realizar la correspondiente denuncia. En el acta, se describe del siguiente modo lo sucedido:
El motivo de la suspensión del encuentro es el siguiente: En el minuto 90, después de haber señalado un saque de banda, el asistente 1 me llama para comunicarme que el jugador nº 17 D. ____________________ le ha dado una patada a un adversario no estando el balón en juego, motivo por el cual le expulso como se detalla anteriormente. Una vez le muestro la tarjeta roja, dicho jugador me golpea con su mano cerrada impactando en la cara, de tal manera que me causa la avulsión del incisivo inferior derecho, según redacción del parte médico. Por ello, se me ha de retirar el fragmento de la cara posterior del incisivo.
Fruto del golpe caí al suelo. Al levantarme y comprobar que tenía una hemorragia en el labio, así como el diente roto, me dirigí hacia el vestuario acompañado por los dos asistentes y el delegado de campo, el cual estuvo a mi disposición en todo momento, interesándose por mi estado de salud.
Una vez en el vestuario, el asistente 1 me comunica que el jugador nº 9 D. __________________ le había sujetado de la cara con sus manos, en el tumulto que se generó tras la expulsión. Estando en el vestuario, el informador del comité de árbitros que se había personado, procedió a llamar a la fuerza pública (112). Unos minutos después se presentó una patrulla de la Ertzaintza. Una vez explicado lo sucedido, procedieron a ir a identificar al agresor, lo cual no pudieron hacer ya que el jugador se había marchado de las instalaciones. Es por ello que la identificación se tuvo que hacer mediante la licencia federativa. Con los datos que me facilitaron acudí a la comisaría y presenté la correspondiente denuncia.
Desde el sindicato de árbitros que denuncia la violencia en el mundo de fútbol, se destaca que la Federación Vasca de Fútbol debe dar explicaciones sobre "un acto de extrema gravedad que ha podido acabar en tragedia y se ha saldado con heridas importantes en la cara de un árbitro". "No queremos una sanción de tres meses para el jugador", dicen, porque "nada solucionará. Queremos un proyecto que permita acudir con dignidad a los campos de fútbol a los árbitros que cada semana dirigimos sus partidos en unas condiciones indignas".
Los colegiados añaden que "no podemos entender cómo la Federación Española de Fútbol y sus territoriales, máximas y únicas responsables del fútbol territorial, se mantienen inmóviles ante semejantes actos que se producen todas las semanas. Hoy la vida de un compañero ha quedado marcada para siempre, superará los daños físicos, pero los psicológicos le acompañarán de por vida. Señor Ángel María Villar, váyase".