"La jugada la recuerdo bastante bien, la tengo en la memoria. Un forcejeo entre los dos, puede haber falta mía, puede haberla suya, pero su patada es desproporcionada". Isidoro San José rememora la acción por la que nació un grito unánime en aquel estadio. El Molinón de Gijón se vestía de gala para recibir al Real Madrid aquel 25 de noviembre de 1979.
Domingo, las ocho de la tarde. Buena parte de la Liga en juego entre los dos primeros clasificados de la Liga. Enzo Ferrero, estrella local, expulsado en el minuto cinco de partido por una patada descomunal al exjugador del Real Madrid y habitual comentarista del Grupo Libertad Digital. Ferrero fue sancionado dos partidos; a Isidoro se le acabó el fútbol durante más de un año.
Y sin embargo el grito nació allí. El perjudicado es el jugador blanco, pero el público consideró que no podían arrebatarle a su estrella en el minuto 5 del partido estrella de la Liga. La gente tiene derecho a verlo como quiera. San José entiende la reacción del público, pero también afirma: "Ferrero no era un jugador violento, apenas recibía amarillas. Si el árbitro (Ausocua Sanz) decidió aquello es que lo debió ver muy claro porque no toma una decisión así si no ha visto algo grave".
Y la verdad es que sí fue grave porque la entrada de Enzo Ferrero, completamente desquiciado, es durísima. También incomprensible, pues sólo habían transcurrido unos pocos minutos y nada hacia presagiar esa reacción.
Desde ese momento, el "así, así gana el Madrid" es un grito siempre presente en los estadios españoles, cada vez que, por unas cosas o por otras, el público local considera que el Real Madrid es beneficiado. Lo curioso del tema es que San José estuvo 14 meses fuera de los terrenos de juego después de esa durísima entrada. Al lateral internacional se le complicó mucho la recuperación porque la lesión era una osteocondritis, gravísima para la época, que puede destruir el tejido óseo de cualquier articulación.
El jugador del Real Madrid tuvo que escuchar el cántico durante los 85 minutos posteriores de aquel partido y, lo que es peor, un auténtico calvario en los siguientes catorce meses.
"Ferrero nunca me llamó"
No le gusta a San José que le saquen este tema. Cierto es que con una simple llamada de teléfono se consiguió que rememorara esa acción, pero por supuesto no es lo más agradable. Te contesta a regañadientes y te cuenta todo. Tampoco tiene ningún reparo en afirmar que con Ferrero ya no tiene ninguna relación. "Ahora se suele llamar para disculparte, preguntar a ver qué tal estás. Ferrero nunca me llamó y nos enfrentamos más veces en los terrenos de juego, pero nunca me preguntó", relata Isidoro San José.
Aquel 25 de noviembre de 1979 un grito nació en un estadio, pero nació de manera intencionada. Incluso injusta. El perjudicado fue Isidoro. El Real Madrid ganó aquella Liga (1979-80) y nadie protestó por aquellos arbitrajes, prueba fundamental de que fue la rabia del momento. Pero aquella rabia del público gijonés se convirtió en odio eterno, derivando en un cántico fácil. Al menos 35 años y no lo hemos desterrado de los campos. Parece mentira que naciera de esa manera, pero así fue.