Turín tiene duende, Turín huele esta noche a azahar. En la capital del Piamonte ha escrito el Sevilla otra de las páginas más gloriosas de su historia al proclamarse campeón de la Europa League por tercera vez. Hace ocho años, en Eindhoven, los andaluces conquistaron su primer título ante el Middlesbrough y repitieron un año después en Glasgow en la final española contra el RCD Espanyol.
Esta vez, el conjunto hispalense ha superado a un Benfica que no logra sacudirse la maldición de Bela Guttmann medio siglo después. En 1962, el entrenador húngaro predijo que el conjunto lisboeta no volvería a ganar un título europeo sin él. Desde entonces, las Águilas han disputado ocho finales continentales y todas ellas las han perdido. Si el año pasado en Ámsterdam cayeron contra el Chelsea con un tanto de Ivanovic en el último minuto del descuento, esta vez han cedido ante el Sevilla en la tanda de penaltis, tras 120 minutos sin goles. Una serie de lanzamientos en los que Beto, el meta portugués del cuadro andaluz, estuvo soberbio con sus paradas a Cardozo y Rodrigo. Por contra, en el equipo español estuvieron muy inspirados todos sus lanzadores: Bacca, M'Bia, Coke y Kevin Gameiro.
Curioso lo de este Sevilla, que ha acabado ganando una Europa League para la que se clasificó gracias a las sanciones a Málaga y Rayo Vallecano, eliminó al Betis en los penaltis y amargó al Valencia en semifinales con un cruel gol de M'Bia en el minuto 93. Es lo que tiene el fútbol. Sea como fuere, a este Sevilla hay que tenerlo en cuenta tras sumar su tercer título de la Europa League, igualando así en el palmarés con Liverpool, Inter de Milán y Juventus.
Emery, con su once de gala
Esta noche en un Juventus Stadium que no se llenó, con el Príncipe Felipe en el palco de autoridades junto a Michel Platini, el técnico sevillista, Unai Emery, pudo contar con su once de gala tras haber recuperado a Vitolo. También llegó a tiempo Gameiro, aunque el francés estuvo de inicio en el banquillo y luego salió en la segunda parte. En el Benfica, que se presentaba en la final como favorito tras haber dejado en el camino al Tottenham o la Juventus, Jorge Jesús tenía bajas importantes, entre ellas las de los argentinos Enzo Pérez, su habitual organizador, o el exatlético Eduardo Toto Salvio.
Fueron los portugueses quienes empezaron haciéndose con el mando del partido ante un Sevilla que fue de menos a más, coincidiendo con la presencia que iba adquiriendo Ivan Rakitic. El croata, elegido a la postre como mejor jugador de la final, empezó apagado, pero fue apareciendo con el paso de los minutos. Mediado el primer acto, Jorge Jesús sufrió su primer contratiempo con la lesión de Sulejmani. No pudo seguir el serbio y acabaría siendo sustituido por André Almeida.
La final se jugaba con mucha intensidad, en un partido marcado por las imprecisiones y las interrupciones, hasta que el Benfica avisó en la recta final del primer tiempo con dos claras ocasiones, a cargo de Maxi Pereira y el exmadridista Rodrigo, ante las que se lució Beto.
Más de lo mismo al comienzo del segundo tiempo, con el Benfica acosando al Sevilla y la pareja de centrales del cuadro andaluz, Nico Pareja y Federico Fazio, salvando los muebles en más de una ocasión. Soberbio partido de la dupla albiceleste, a los que Alejandro Sabella ha dejado sin Mundial. La réplica hispalense la firmó José Antonio Reyes con un remate cruzado ante el marco defendido por el esloveno Oblak.
Había nervios en las dos defensas y las delanteras trataron de sacar partido, aunque las fuerzas empezaban a estar cada vez más justas. Buena prueba de ello fue el rendimiento de Carlos Bacca. El colombiano acabaría desfondado tras pegarse unas cuantas palizas. En el otro bando, Ezequiel Garay tuvo buenas oportunidades para haber desnivelado la balanza, como un cabezazo en el segundo palo que salió desviado o una volea en el corazón del área, tras un saque desde la esquina, que se perdió por encima del larguero.
Bacca pudo haber evitado los penaltis
Los nervios estaban a flor de piel en Turín y la final tenía una pinta de prórroga que tiraba para atrás. Efectivamente: después de 90 minutos sin goles, se llegó al tiempo extra. Un período en el que el Sevilla empezó a acumular ocasiones. Como la clarísima que tuvo Bacca (m.111). El futbolista de Puerto Colombia se benefició de un error de la zaga encarnada para presentarse solo ante la portería de Oblak, pero la acabó echando fuera.
Fue entonces cuando Emery decidió recomponer el equipo, sacando del campo a un Marko Marin que había entrado en la recta final de la segunda parte, por Reyes. Sólo estuvo el alemán 25 minutos sobre el verde. Se pensaba que podía ser por lesión, pero se trató de una decisión técnica que sorprendió a propios y extraños. En su lugar entró Gameiro, y el Sevilla ganó más verticalidad con el rápido jugador francés.
El propio Gameiro estrelló una pelota contra el lateral de la red, ya en la segunda mitad de la prórroga. El Sevilla quiso hacerse dueño de la situación, pero la gasolina se había acabado. La final olía a penaltis, y desde el fatídico punto de los once metros se acabaría resolviendo el primer título de la temporada en juego. Y ahí fue mejor el equipo español, con el acierto de sus futbolistas y, sobre todo, las decisivas paradas de Beto. El Sevilla ha vuelto a hacer historia a lo grande y, de paso, prolonga la maldición de Bela Guttmann, el hombre que llevó al Benfica al malogrado Eusebio, la Pantera Negra.
Turín respira sevillismo por los cuatro costados, Turín tiene esta noche un color especial...
Ficha técnica
Sevilla, 0: Beto; Coke, Pareja, Fazio, Alberto Moreno; M'Bia, Carriço; Reyes (Marko Marin, m.78) (Gameiro, m.104), Rakitic, Vitolo (Diogo Figueiras, m.110); y Bacca
Benfica, 0: Oblak; Maxi Pereira, Luisao, Garay, Siqueira (Cardozo, m.99); Amorim, André Gomes; Gaitán (Cavaleiro, m.119). Sulejmani (Almeida, m.24), Rodrigo; y Lima
Secuencia de los penaltis: 0-1, gol de Lima; 1-1, gol de Bacca; 1-1, tira Cardozo y para Beto; 2-1, gol de M'Bia; 2-1, tira Rodrigo y para Beto; 3-1, gol de Coke; 3-2, gol de Luisao; 4-2, gol de Gameiro
Árbitro: Felix Brych (Alemania). Mostró tarjeta amarilla a Fazio (m.11), Alberto Moreno (m.12) y Coke (m.98), del Sevilla; y a Siqueira (m.29) y Almeida (m.100), del Benfica
Incidencias: Final de la Europa League disputada en el Juventus Stadium de Turín ante unos 33.000 espectadores, según los datos de la organización. Terreno de juego en perfectas condiciones. Asistió al partido, entre otras autoridades, el Príncipe Felipe